Crece la probabilidad de contagios de COVID-19 en el sector El Cercado debido a la aguda escasez de agua potable. Los ciudadanos deben caminar 2 kilómetros diarios para buscar el vital liquido, saciar la sed y realizar sus necesidades básicas.
Lavarse las manos constantemente con abundante agua es la primera y principal recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir la probabilidad de contagiarse con el COVID-19.
Esta sugerencia no es tomada en cuenta por más de 26 mil familias que tienen residencia en la comunidad El Cercado, ubicada al noreste de Barquisimeto, debido a la aguda escasez de agua potable que persiste en el lugar.
Quienes viven en este sector están en una constante expectativa:¿llegará o no?, pues aseguran que cuando quitan la electricidad en el Carabalí prácticamente los pozos que surten del vital líquido al Cercado quedan inoperativos.
«Si no hay agua para tomar, mucho menos para protegernos del virus. Somos una comunidad fértil para el coronavirus. Aquí hay al menos 26 sectores que están integrado por 26 mil familias. El problema del agua se ha venido agudizando porque el acueducto no le han hecho la inversión requerida y cuando se va la electricidad los pozos ubicados en el Carabalí quedan inoperativos”, manifestó José Arístides Pérez, representante del grupo 20-20 de la comunidad El Cercado.
Pérez señaló que el agua está llegando a la comunidad cada tres meses y puntualizó que muchas personas han tenido que recurrir a la compra de “pipas” de agua para cubrir sus necesidades básicas.
“Hay ocho ciclo que tarda en llegar cada 10 días y si lo multiplicamos nos da como resultado 80 días. Es decir, el agua está llegando a cada sector cada tres meses y el resto de las zonas quedan a la deriva de un “pipeo” que solo cubre cuatro a cinco días de necesidades básicas”, sostuvo.
No apta para el consumo humano
El representante del grupo 20-20 de la comunidad El Cercado señaló que los ciudadanos de ese sector han tenido que caminar hasta dos kilómetros diarios para buscar el vital liquido y consumir de pozos endógenos agua para saciar la sed.
“Hay gente que tienen que recorrer hasta dos kilómetros para buscar agua. Muchas personas actualmente presentan problema en la columna por cargar todos los días en el hombro botellones con agua. Además, nos preocupa que algunos vecinos han presentado enfermedades en la piel por consumir agua de pozos endógenos que no sabemos si son aptas para el consumo humano”, señaló.