Este sábado 8 de agosto se registró una multitudinaria protesta en la capital libanesa para exigir la renuncia de su presidente, tras la explosión registrada el martes en el puerto de Beirut, que ha causado más de 150 muertos y 5.000 heridos.
La protesta, convocada bajo el nombre de “Día de la Ira”, reúne a cientos de personas en la simbólica Plaza de los Mártires y, al grito de “Dimisión”, un grupo intentó entrar en el Parlamento de ese país a la fuerza.
La marcha se convocó frente al Legislativo y ya se están produciendo los primeros enfrentamientos con los policías, que arrojan bombas de gas y gases lacrimógenos a los manifestantes, mientras estos les lanzan piedras.
Poco antes de los enfrentamientos, la gente comenzó a reunirse en el lugar para expresar su rechazo al Gobierno y al régimen político al que responsabilizan de la grave crisis y el deterioro en que ha caído el Líbano.
El siniestro, que ha dejado más de 150 muertes, al menos 60 desaparecidos y miles de heridos y a entre 200.000 y 250.000 personas sin casa, se produjo en medio de una crisis económica y política que ya provocó masivas manifestaciones contra el régimen sectario del Líbano en septiembre.