Las empresas privadas organizadas deben tener un rol fundamental en la construcción e implementación de las políticas de desarrollo productivo, para adelantar un proceso de transformación ante la actual coyuntura.
El pronunciamiento lo hizo Giovanni Stumpo, jefe de la unidad de inversiones y estrategias empresariales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) durante su intervención en la 76° Asamblea Anual de Fedecámaras.
En un análisis del contexto mundial, Stumpo detalló que la caída prevista del PIB en el mundo es del 5,2%, que señala, a diferencia de otras crisis recientes va por el área de la demanda y la oferta, mientras que el comercio internacional tiene previsiones peores que las que hay para el PIB, con una caída aproximadamente del 30%.
Por su parte, dijo que en América Latina los estudios de 2020, indican que se trata de una crisis que tiene elementos que no son previsibles con efectos que se acumulan en las distintas áreas económicas del mundo.
“La previsión es de -9,1% con relación al PIB, asimismo, es preocupante la situación de la pobreza porque se prevé un crecimiento de la pobreza extrema y además una caída del 23% de las exportaciones latinoamericanas”
Entre tanto, Stumpo señaló que la Cepal también refiere que hay una variabilidad entre los países, donde va de un -2,3% por lo menos en Paraguay y al menos un 26% de caída del PIB para Venezuela.
“Esto va a significar una caída del PIB per cápita que nos llevaría a los niveles de 2010, o sea, una pérdida de 10 años y aún peor, un retroceso en términos de pobreza prácticamente de 14 años”
Impacto de una crisis
Dese la organización, apuntó que se ha estudiado el impacto de la crisis en términos de empresas y sectores, donde se observó de manera diferenciada los efectos de la pandemia.
Por lo que más de 1/3 del empleo formal latinoamericano y 1/4 se encuentran en sectores que están siendo afectados por la crisis, “es un porcentaje muy significativo”.
De este modo, refirió que, la industria manufacturera, se verá afectada en un 92%, lamentó que se trate de la industria con mayor dinamismo tecnológico.
En este sentido, en los próximos cinco meses se vislumbra que hasta 2,7 millones de empresas formales en la región pueden dejar de operar, donde concretamente las microempresas son las más afectadas con 2,6 millones de cierres.
“Esto, sin considerar la reducción de personal que tendrán que hacer muchísimas firmas, de las cuales se perderán entre 8 millones de trabajos formales”
En el caso de América Latina, el cierre sería del 19% de las empresas formales y donde las microempresas se verían como las más impactadas.
Stumpo mencionó que el funcionamiento de las empresas en la pandemia, tendrá cambios en su modelo de negocios “donde están más enfocados al seguimiento de la demanda e interacción con los clientes”.
Igualmente, tendrán reorganización de la producción donde se estará dando un híbrido entre el teletrabajo y actividades presenciales, así como la aceleración en la incorporación de tecnologías.