El pasado martes 4 de agosto la explosión de un almacén con 2.750 toneladas de nitrato de amonio un elemento altamente detonante.
Las primeras cifras oficiales muestran 100 personas fallecidas, más de 4.000 heridas y centenares de desaparecidas y daños generalizados en la ciudad.
El Gobernador de Beirut, Maruan Abboud, afirmó que más de 200.000 personas se quedaron sin casa tras la explosión. Por otra parte, el ministro de Información del ese país, Manal Abdel Samad Najd, declaró este miércoles a Beirut como una «ciudad de desastre».
En principio informaciones dadas apuntaban que un incendio alcanzó el almacenamiento de material pirotécnico que después explotó, pero, autoridades investigan otros posibles escenarios pues el presidente de Líbano, Michel Aoun, comentó que puede no tratarse de simples fuegos artificiales.
Videos publicados a través de las redes sociales muestran como la explosión provoca una nube con forma de hongo, similar a las potencias de las bombas de guerra.
El primer ministro de Líbano, Hassan Diab, consideró que lo sucedido es «un gran desastre nacional» habló sobre ese «peligroso almacén» y aseguró que los responsables serán llevados ante la justicia.
Según el Servicio Sismológico de Estados Unidos, la explosión logró generar la misma magnitud que un sismo de 3.3 grados en la escala de Richter.