Los abogados estarían cobrando 30 millones de dólares por sus gestiones, dijo el parlamentario
En lugar de invertir los recursos en el sector salud para evitar más muertes por el coronavirus COVID-19, lo que más le ha preocupado al régimen, desde el pasado 12 de junio, ha sido la suerte de Alex Saab, a quien ya el Tribunal de Apelaciones de Barlovento, en Cabo Verde, ha aprobado la extradición del barranquillero a los Estados Unidos.
La declaración fue hecha a Elimpulso.com por el diputado larense Guillermo Palacios, de la Asamblea Nacional, quien como abogado considera que la documentación presentada por la justicia estadounidense debe estar bien soportada, para que se haya producido la decisión judicial.
Los defensores tuvieron reveses continuos en sus solicitudes de amparo para lograr la liberación del detenido, quien cayó preso el 12 de junio cuando su avión privado aterrizó en Cabo Verde para abastecerlo de combustible en viaje a Irán, según el régimen de Nicolás Maduro, en misión oficial.
«Según las informaciones que tenemos la defensa de Saab es costosísima, ya que los abogados defensores Baltazar Garzón, José Manuel Pinto Monteiro y Marth Rutsel Silvestre, del bufete International Legal Oficce for Cooperation and Development (Ilocad) estarían cobrando 30 millones de dólares por sus gestiones«, dijo.
Desde que fue apresado Saab, el régimen no ha cesado de gestionar su liberación, ya que lo ha declarado funcionario en misión oficial y además considera arbitrario el procedimiento puesto en práctica por la justicia de Cabo Verde.
Señalado
El diputado Palacios reiteró que los señalamientos contra el barraquillero deben ser muy contundentes para que se procediera a dictar la medida de extradición porque Saab es acusado de lavado de dinero, corrupción y narcotráfico, entre otros delitos.
Igualmente el parlamentario manifestó que, una vez que se encuentre en los Estados Unidos, Saab tendrá que confesar todos los negocios hechos con el régimen de Maduro porque en los mismos se ha incurrido en corrupción en detrimento de la población venezolana y los dineros fueron a parar a bancos de aquel país.