Hurgando en los tiempos precolombinos larenses nos topamos con su cultura y arte que los hubo, pero condicionado por un contexto concreto. Los del estado Lara datan de tiempos antes de la existencia de Cristo lo cual da fe de la presencia y evolución del hombre americano de esta porción territorial de lo que hoy es una aldea global.
A los petroglifos se les conoce también como arte rupestre, es decir arte prehistórico hecho en piedra y cavernas.
Una manifestación del mundo de símbolos en que se desenvuelve el hombrecon mito, arte, literatura y religión que permiten el mejoramiento de su vida. Pues los mismos lo apartarlo de la cosificación y barbarie, entre éstas la del totalitarismo político.
Quizás antes de la palabra oral, el hombre se valió de la expresión óptica para comunicarse y graficar su pensamiento y lo que observaba de su inmediato entorno en los lejanos periodos del Paleolítico y Neolítico.
En cuevas de la más remota antigüedad están las evidencias de esas primarias formas de comunicación, cultura y arte. Las mismas las utilizó espontáneamente no con fines propiamente estéticos sino utilitarios en su lucha por la supervivencia.
Un arte que requería tiempo, paciencia y destreza por hacerse sobre la dura piedra para el cual se apartaba por unos momentos de las labores de caza, pesca y agricultura.
Al aire libre
En las artes visuales lo primero que el hombre hizo fue dibujar trazos sobre una superficie. Es lo que originalmente hace el indígena errante en esas zonas del remoto territorio larense.
Los petroglifos junto a las piezas de arcilla, constituyen el testimonio de una cultura y arte de lo visual cultivadopor nuestros habitantes prehispánicos en el marco de aquelinmenso territorio poblado por una diversidad de etnias.
Los indicios de esta cultura han sido localizados en varias zonas del estado Lara. Entre los hallazgos se cuenta con los de municipios Urdaneta, Torres, Crespo y Jiménez.
Los más numerosos son los localizados en Urdaneta hechos por indígenas ayamanes creadores también de la danza agraria Las Turas.
En su libro la Enciclopedia Larense Rafael Simón Silva Uzcátegui revela que en los alrededores de Curarigua, Parroquia Antonio Díaz, Torres, existen varias cuevas en cuyo interior son apreciables pinturas rupestres. En Curarigua habitaban los rebeldes indios kediches sus autores. Para someterlos los conquistadores españoles debieron recurrir a la violencia.
Se trata de dibujos de diversos motivos labrados en piedras al aire libre y no en cuevas. Ello confirma su condición de hombre en contacto directo con la naturaleza a la que pretendía dominar con su inteligencia.
En estas embrionarias pinturas es manifiesto su cosmovisión del universo, dioses, ambiente inmediato, formas de ser, actividades diarias y relación con los otros hombres.Constituyen un espejo de su entonces limitado quehacer.
Los de Tumaque, Crespo
Entre los encontrados en Tumaque, municipio Crespo uno se asemeja a un rostro humano de forma prosaica por la acentuación de las líneas.
Presenta rastros de cierta gracia pese a las voluminosas dimensiones del dibujo con propensión a lo circular.Así mismo pronunciadas líneas rectas, ondulares y horizontales cruzadas.
El dato es que su perímetro es también el del bosque al aire libre revelador del contacto directo con la flora y la fauna.
Valor cultural
En apariencia son garabatos que rondan lo ingenuo. Pero guardan la profundidad de un ser humano sensible y pensante en la soledad y silencio de la virgen naturaleza donde se desenvolvía sin bordes territoriales cuando era un ser sedentario.
Son una prueba de un mundo ágrafo con su lenguaje visual de un ser humano que, pese a su condición de salvaje, fue capaz de inventar formas de expresión.
Lo hace con plena libertad sin ceñirse previamente a tradiciones, normas o reglas. Simplemente se expresa con su visión de la realidad que lo condiciona.
Su alto valor revela que el hombre precolombino de estas tierras diseñó distintos motivos. La mayor y contundente evidencia de un arte plástico que precedió a las pinturas coloniales surgida en 1686 en El Tocuyo con el célebre Pintor del Tocuyo.
Negar su aporte artístico es hacerle comparsa a las teorías eurocentristas que colocan en situación de minusvalía al hombre americano en el terreno cultural.
Arte que deben conocer las nuevas generaciones sobre nuestro pasado histórico y cultural que nos permite entender mejor el presente.