La incidencia de COVID-19, le ha servido al gobierno como justificación para activar mecanismos represivos y para un mayor control social desplegando el aparato represivo estatal y para-estatal, logrando de esta manera desarticular las estrategias de movilización de la oposición, que había iniciado en febrero al regreso de la gira internacional de Juan Guaidó.
El planteamiento lo hizo el director del Centro de Estudios políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (CEP Ucab), durante el desarrollo del evento Prospectivas 2020, cuya finalidad fue la de brindar un panorama certero de lo que pudiera suceder en el país en los meses próximos, presentando la proyección de escenarios, partiendo del análisis de variables determinantes en la dinámica política.
Alarcón mostró cómo Venezuela ha descendido en los principales índices de democracia, ubicándose en 2019 en el puesto 140 entre 160 que incluye la prestigiosa The Economist Intelligence Unit. Llamó la atención al hecho de que nuestro país esté por debajo de Rusia y a la par de muchas naciones del continente africano, que es el que concentra la mayor cantidad de regímenes autoritarios.
Respecto a las elecciones parlamentarias del próximo diciembre, consideró que «estamos en presencia de una elección que por razones imputables al gobierno y algunas a la oposición, abonan a un proceso de mayor autocratización«. El análisis de distintas variables hace prever que serán unas elecciones multipartidistas, pero no competitivas porque en ella participarán partidos que fueron intervenidos judicialmente y otros que decidieron participar sin exigir suficientes condiciones electorales, aceptando las reglas que el gobierno impone. Esto hace poco probable que la oposición consiga una mayoría de la Asamblea Nacional”, vaticinó.
Afirmó Alarcón que ante la previsible pérdida de espacios institucionales de representación, como la Asamblea Nacional, la oposición democrática necesita recomponerse superando la frágil cohesión que presenta en la actualidad.