Una vez que una persona recibe el diagnóstico de diabetes debe acudir inmediatamente al oftalmólogo especialista en retina o retinólogo para revisar su salud visual.
Facilitará así el diagnóstico precoz de afectaciones en el ojo, siendo la más grave la retinopatía diabética, señala el oftalmólogo zuliano especializado en retina Humberto Pérez.
“No deben esperar a tener cinco, 10 y hasta 20 años de haber sido diagnosticados o esperar a que tengan un problema en la agudeza visual, como visión borrosa o que vean mal o doble, para acudir al oftalmólogo especialista en retina”, insistió.
El médico explicó que la retinopatía diabética “es una complicación crónica microvascular de la diabetes en pacientes generalmente descontrolados con los años, principalmente en la tipo 1”.
Recomienda Pérez a los recién diagnosticados diabéticos acudir a la consulta con los resultados de exámenes de glicemia en ayunas; de hemoglobina glicosilada, que valora el control metabólico en los últimos tres meses; y un perfil metabólico de colesterol, triglicéridos, HDL y LDL.
Esto “porque muchas veces el tratamiento de la retinopatía diabética no proliferativa consiste solo en control de la glicemia por parte del internista o del internista especializado en diabetes o diabetólogo, porque no presenta patologías importantes y con ello es suficiente”.
Mayoría llega complicado a la consulta
Afirmó el retinólogo que “muchos pacientes tienen 30 años y más con diagnóstico, y tienen apenas signos de retinopatía diabética y otros están recién diagnosticado pero tienen retinopatía diabética proliferativa con desprendimiento de retina por la cantidad de años que tuvieron sin diagnóstico”.
En todo caso, «la mayoría llega a la consulta ya con grado avanzado de retinopatía diabética”.
“No es lo mismo la retina de un paciente que tenga signos de la retinopatía diabética en estados avanzados a uno que no la tenga o la tenga en estadio no proliferativa, porque en cada estadio la conducta a seguir es diferente y mientras más avanzada esté la patología resulta cada vez menor la visión a futuro”, recalcó.
Expresó también el experto que “generalmente, los pacientes llegan a consulta con retinopatía diabética proliferativa y complicada con edema macular diabético, con desprendimiento de retina y hemorragia vítrea, y en estos dos últimos casos la conducta a seguir es quirúrgica”.
“Cuando el paciente tiene edema macular diabético hay que hacerle una Tomogracía de Coherencia Optica (OCT) para ver la cantidad de líquido que tiene en el área y de ello dependerá la inyección de un medicamento dentro del ojo”, puntualizó.
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