Táchira supera media nacional en los casos de hepatitis

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El Táchira forma parte de los ocho estados que superan la media nacional en casos de hepatitis, cuya tasa promedio anual en Venezuela, desde el año 2010, aproximadamente, es de treinta pacientes por cada 100 mil habitantes.

Este martes se conmemoró el Día Mundial de la Lucha Contra la Hepatitis, en honor a quien descubrió el virus, Baruc Samuel Blumberg.

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El médico infectólogo, Javier Roa, realizó una aproximación a esta enfermedad, catalogada como altamente contagiosa si no se toman las medidas preventivas necesarias.

El especialista explicó que Falcón, Mérida, Barinas, Zulia, Amazonas, Monagas y Lara conforman los estados donde se reporta el mayor número de casos, al igual que el Táchira, en este último con mayor incidencia en algunos municipios, como es el caso de Junín, donde por sus características se considera endémica.

Endemia en Junín

La hepatitis A es un virus ARN de la familia de los picornavirus; el virus de la hepatitis B es la familia de los hepadnavirus, mientras que el virus de la C es un flavivirus.

De acuerdo a la información que aportó el doctor Roa, la hepatitis A se considera endémica en el municipio Junín, debido a que de acuerdo a las estadísticas, desde hace dos años se reporta el mismo número de casos: “el conocido como “A” es el virus más sencillo que existe dentro del universo de las hepatitis virales y es el que está circulando en esta endemia que hay en el municipio Junín”.

Los síntomas de esta enfermedad que afecta a un órgano tan vital como el hígado, son: náuseas, vómitos, fiebre, ictericia, erupción y orina oscura. Hay casos que no son reportados y, por lo tanto, no pueden ser contabilizados.

“Si el paciente llega al hospital con su serología de un laboratorio, se anota y se pone tratamiento. Generalmente llega con transaminasas elevadas, esto es un signo indirecto de una enfermedad, que puede ser hígado graso, intoxicación por alimentos, intoxicación alcohólica o por medicamentos. Es un diagnóstico indirecto de hepatitis A, por lo tanto son casos inespecíficos”, señaló.

Añadió que hace más de cinco años no llegan los reactivos al hospital “Padre Justo” para realizar las serologías y, aun cuando en los medios privados los hay, son costosos y no todos tienen acceso a estas pruebas.

En cuanto a su transmisión, se origina por vía oral y fecal; por alimentos contaminados por personas contagiadas, que no se lavan las manos adecuadamente, y por agua contaminada.

En este sentido, indicó que las cloacas van a los ríos y estos se contaminan por bacterias coliformes; por eso, es fundamental el tratamiento del agua, lo que a su juicio en estos momentos pareciera ser deficiente debido a la estructura económica que sufre el país, donde no existen los elementos para purificar el agua, como el hipoclorito, carbonato, flúor y otros productos.

Otro aspecto es que cuando por fallas en el suministro de agua se almacena en recipientes, esta deja de ser potable a los pocos días. Es imprescindible mantener las manos limpias, lavarlas constantemente con agua y jabón. Hervir el agua, porque el virus se elimina a altas temperaturas. Mantener la salubridad en el hogar.

A pesar de que no hay tratamiento específico, se recomienda aislar al paciente de cinco a ocho días, mientras se hace infectivo, y guardar reposo.

Vacunación ausente

Un aspecto primordial, que abordó el doctor Javier Roa, es que desde hace cuatro años no existe vacunación pública contra la hepatitis A.

Hay entes privados que hacen jornadas, pero no masificadas, y lo ideal sería aplicarla a toda la población, pero no se cuenta con esta vacuna.

Entra dentro de la inmunización activa, es decir que por medio de la vacuna se inocula al paciente de microorganismos atenuados, muertos o fragmentos de su estructura para inducir inmunidad. Es un cuerpo extraño que ingresa en su organismo y lo obliga a provocar anticuerpos, es decir activa su sistema de defensa contra el virus específico de la hepatitis A.

“Esto le va a conferir entre 15 a 20 años de inmunidad y después se debe hacer un refuerzo. El hecho de que un paciente sea vacunado no le proporciona una inmunidad de por vida, ni 100 por ciento contra la enfermedad. El mecanismo de la vacuna es para que no sea tan frecuente ni tan grave”.

Para concluir, destacó que en los últimos años se han descuidado todas las vacunaciones y su ausencia no permite controlar muchas enfermedades que pueden evitarse si hubiese inmunización.

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