Antes de marcharse a Europa en junio de 2014 conocimos la poesía y cuentos de la antropóloga, siquiatra, periodista y profesora universitaria Cristina Motta, quien se revela como una consumada creadora dueña de un portentoso caudal lingüístico. De la misma nos ocupa en especial la de su poesía confirmatorio de su sensibilidad femenina y humana.
Sus poemas son los de una oficiante que conoce el elemento vital de la palabra para transmitirnos el poder de su inspiración sin ceder ala tentación de los lugares comunes en que suelen incurrir los iniciados en este arte. La suya es poesía colmada de reflexión y pensamiento filosófico desde la percepción del variado acontecer del mundo cotidiano del ser humano para transformarlo con la palabra.
La poesía de Cristina Motta es de corte existencial hecha con bellas imágenes literarias que seducen al lector como la de la comunicación con sus semejantes mediante el silencio. Ella no se regodea en un tema como el de la soledad y el dolor, sino que le busca la mejor alternativa para sublimarlo desde la creación artística y seguir existiendo en este valle de lágrimas. La suya es una fina escritura que penetra diversas zonas del ser humano con la belleza de las palabras usadas hábilmente sin efectismo alguno. Su discurso lo construye con sentido ordenado de la palabra sin extravagantes saltos y vacíos. De ese modo se aferra a la vida por la palabra poética.
Con su ejercicio de este arte, Cristina Motta descubre y descifra diversas situaciones de la vida que a todos toca con la visión de una persona dotada de una inmensa calidad humana y espiritual. Lo apreciamos en el poema “Indígena” en el cual la autora se descubre y encuentra con las antiquísimas raíces despojadas de prejuicios y diferencias sociales. También en “El poder del silencio” en el que expresa múltiples sentimientos:
“Con mi silencio puedo hacer tantas cosas
imposibles de contar pero si de encontrar
Con mi silencio grito el dolor
Con mi silencio hablo del miedo
Con mi silencio expreso la ira que
Siento ante la injusticia y la crueldad”
Sus textos nos confirman nuestro particular criterio de que la buena poesía, en parte, está hecha de vivencias, la acción subjetiva del pensamiento y la presentación simbólica de la realidad con el testimonio honesto de alguien sin máscara. Una encantadora mujer vestida de honor, dignidad e inteligencia. Pues es de las personas que no presume de sus lauros, títulos profesionales y distinguido estrato social.
Alguien que cautiva por esas virtudes pues de sus títulos académicos nos enteramos porque lo indagamos sin presunción de los mismos ni uso como carta de presentación. Su pasantía en Noticias Radio Minuto la hizo integra sin privilegios y excepciones por su condición de profesional. Entonces reveló que quería aprender como un soldado raso más. Después nos enteramos de su doctorado en la Sorbona de París el cual se lo tenía muy bien guardado.Fue un honor ser su tutor empresarial por su demostrada eficiencia, capacidad y deseos de aprender. Así alcanza máximas calificaciones.
En su pasantía en El Impulso no se limitó al género de la noticia y la nota, sino que se adentró también en el exigente reportaje y la entrevista. Una de esas entrevistas fue la realizada al embajador de Francia por solicitud de la dirección del periódico por su dominio del idioma francés.
Ella actualmente reside en Barcelona,España en la realización de su proyecto existencial de una incesante viajera como parte del deber ser. Una ciudadana del mundo que se forjó desde niña entre América Latina y Europa. Ahora crecida con el nuevo oficio de escritora para lo cual está provista de innatas condiciones. Su obra permanece inédita característico de un ser que se consume en el silencio y la distancia con manifiesta lucidez y felicidad de vivir.
Freddy Torrealba Z.
