A medida que los contagios se disparan y la cifra de fallecidos bordea los 2.000, aumentan los pedidos para aplazar nuevamente las elecciones presidenciales del 6 de septiembre en Bolivia ante el rechazo del partido del expresidente Evo Morales.
Cinco de los ocho candidatos se han declarado a favor de posponer los comicios, entre ellos la presidenta interina Jeanine Áñez, de la alianza de centroderecha Juntos, quien ha dado positivo al virus. Otros dos candidatos, también positivos, se han sumado al pedido, entre ellos el médico y pastor coreano boliviano Chi Hyun Chung.
“Si cuando teníamos muchos menos casos acordamos aplazar los comicios, es una falta de humanidad no hacerlo ahora cuando la pandemia está en ascenso vertiginoso. Todos queremos elecciones participativas, con supervisión internacional, pero no hay condiciones ahora”, dijo el viernes el expresidente y candidato del derechista Libre 21, Jorge Quiroga, quien inicialmente había aprobado la fecha del 6 de septiembre,
El partido de Morales, que postula al exministro de Economía Luis Arce, se ha declarado contrario al igual que el expresidente Carlos Mesa, de la alianza de centro Comunidad Ciudadana.
“El derecho a la salud no es excluyente con el derecho al sufragio democrático”, dijo Mesa, segundo en los sondeos. La pandemia es un “pretexto… El pueblo cifra su esperanza en las elecciones para superar los problemas”, dijo recientemente Arce, a quien las encuestas colocan en primer lugar pero sin los votos necesarios para ganar en primera vuelta.
Aplazar los comicios requiere que el Tribunal Supremo Electoral, previo consenso con los candidatos, solicite una nueva fecha a la Asamblea Legislativa dominada por el Movimiento al Socialismo, el partido de Morales.
El calendario electoral está en marcha a pesar de las advertencias de las organizaciones médicas de que la pandemia estará en su pico a fines de agosto con 150.000 casos, el triple que ahora, según el Ministerio de Salud.
Inicialmente las elecciones debían celebrarse el 3 de mayo, pero la pandemia obligó a diferirlas.
«Al final la fecha no la decidirán los políticos sino la epidemia», opinó el analista Franklin Pareja.
Uno de los riesgos es que la confrontación política aumente las protestas y que se agrave la crisis sanitaria, según los expertos.
Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, busca resolver su crisis política en las urnas. Las elecciones de octubre del año pasado fueron anuladas por sospechas de fraude, lo que derivó en una violenta convulsión que provocó 36 muertes y forzó la renuncia de Morales tras casi 14 años en el poder y cuando buscaba un cuarto mandato. Actualmente se encuentra asilado en Argentina.