El doctor Ángel Rafael Orihuela, especialista en enfermedades tropicales y exministro de Sanidad, considera que ubicar carpas militares para atender personas y determinar si son asintomáticas del coronavirus COVID-19, es una medida improvisada, inadecuada y negativa.
Se trata de refugios para operaciones militares y no para atender pacientes, ya que aunque se les dote de aparatos de aire acondicionado, no escapan a las impurezas del ambiente donde se instalan, ni a las bacterias y virus. Además, en los mismos serán atendidas miles de personas, sobre todo porque se trata de controlar una enfermedad tan peligrosa como la de esta pandemia.
Indudablemente, que debido a la falta de instalaciones sanitarias adecuadas, las autoridades gubernamentales han tenido que improvisar y esa ha sido la forma más fácil de hacerlo.
No es una forma de buscarle solución al problema de atención inmediata a una situación tan grave como la que se ha presentado en Caracas y el estado Miranda, donde han aumentado exponencialmente los casos de contagio con sus secuelas, pero lo han hecho porque ha sido rebosada la capacidad hospitalaria.
En este orden de ideas, el doctor Orihuela, al ser entrevistado por Elimpulso. com, dijo que se ha debido tomar en cuenta el ejemplo de España, donde una vez diagnosticados, a los pacientes se les ha recomendado permanecer en sus residencias durante catorce o quince días y mantener un contacto telefónico constante con los médicos, para ir evaluando su estado de salud.
Definitivamente, la decisión tomada cuando la enfermedad ya ha avanzado, sobre todo en los últimos quince días, con vertiginosa velocidad, es precipitada.
El problema en la frontera
Por otra parte, el doctor Orihuela, al referirse a la flexibilización de la cuarentena, comentó que ahora se están radicalizando las medidas cuando ya la enfermedad se ha extendido por todo el país.
Es del criterio que tan pronto se conoció la aparición del COVID-19, el régimen debió imponer estrictos controles en las fronteras y no cuando ya el mal se hizo indetenible.
En cuanto a la divulgación de casos, que se hace todos los días a través de cadenas radiales y televisivas, en las que generalmente hablan los hermanos Rodriguez, Delcy y Jorge, y algunas veces Nicolás Maduro, no se puede determinar si los números son precisos, porque a veces hay contradicciones. Sin embargo, sean o no verdad lo que ellos dicen, son cifras muy alarmantes
Y es muy preocupante que hayan fallecido, según cifras oficiales, veinte integrantes del servicio de salud nacional, entre los que figuran diez profesionales de la medicina.
El experto cree que nunca el titular del ministerio de Salud da la cara para precisar informaciones porque las organizaciones internacionales, tales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, son muy estrictas con los detalles que puedan ofrecer los médicos, ya que éstos se exponen a sanciones.
Es posible que por eso no lo haga el titular de la cartera, dijo en alusión a Carlos Humberto Alvarado González. Los que informan son políticos, quienes pueden decir lo que le interesa al régimen.
Como detalle importante de cómo ha desmejorado el servicio de salud en el país, el doctor Orihuela refirió que en l998, Venezuela tenía 46 mil camas, de las cuales 26 mil correspondían a las dependencias oficiales y el resto a las clínicas privadas. Hoy el número ha disminuido a 18 mil.
Insuficientes, por supuesto, para cualquier crisis de salud que se presente, afirmó. Y la que tenemos hoy es sumamente grave.