Fernando Ochoa Antich, abogado, general de división retirado y exministro de la Defensa, es de la opinión que la ratificación de Vladimir Padrino López y Remigio Ceballos en los más altos cargos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es la demostración de que Nicolás Maduro premia la lealtad.
No es que Padrino, como ministro de la Defensa y Ceballos, en el Comando Estratégico Operacional (CEO) no tengan condiciones profesionales, sino que ha privado la confianza que tiene el comandante en jefe de la FANB en ellos, acotó nuestro entrevistado.
Lo que sí llama la atención son dos hechos: uno, que fueron pasados a retiro todos los oficiales que formaron parte de la promoción de Diosdado Cabello, el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y el segundo, que se pasó por alto la promoción de 1984.
Fueron designados en los altos cargos los de la promoción de 1985, dijo el exministro y sin nombrarlos hizo referencia a los mayores generales Domingo Antonio Hernández Lares (Ejército) y José Rafael Silva (Aviación), así como al almirante William Miguel Serrantes Pinto (Armada), entre otros que fueron designados en puestos de comando.
En cuanto a las creaciones de la Dirección Conjunta de Fuerzas Especiales; Alto Riesgo y Blanqueo de Capitales, Financiamiento de Terrorismo y Financiamiento de Proliferación de Armas de Destrucción Masiva; Dirección Conjunta de Acción Naval, manifestó que no son nuevas estructuras sino cargos de apoyo.
Ilegal
El general Ochoa Antich comentó que hay muchos militares presos, pero lo que más preocupa es el maltrato que están recibiendo.
Criticó que los militares estén ocupando cargos civiles burocráticos, porque la función de la fuerza armada está muy bien definida. Claro está, habrá uno que otro pueda desempeñar funciones administrativas por estar preparado para ello, pero no todos los oficiales tienen que estar ocupando puestos en la administración pública.