La Asociación Venezolana de Agricultura Familiar, que aglutina a pequeños productores de todo el país, denuncia como impedimento para sus actividades el gran número de controles que se han venido imponiendo cada día, utilizando el pretexto de prevención contra el coronavirus COVID-19.
El presidente del gremio, abogado Juan Carlos Montesinos, declaró a Elimpulso.com, que si la producción ha registrado bajas, ahora se notarán mucho más cuando comiencen a escasear productos de gran demanda nacional.
Dijo que en el vacío han quedado las palabras del ministro para la Agricultura Productiva y Tierras, Wilmer Castro Soteldo, quien garantizó prioridad para las personas que se dediquen al medio rural, ya que ahora con la pandemia existen mayores dificultades para producir.
Existía una gran expectativa entre los agricultores porque se habían liberado los precios y permitido el uso del dólar en las operaciones económicas, que permitían la importación de insumos.
Sin embargo, el primer obstáculo que se presentó este año fue la escasez de combustible, que dificultó contar con gasolina y gas oil que son los elementos fundamentales para tractores, bombas de riego y vehículos de cargas.
Todavía hoy hay agricultores que tienen que durar tres y cuatro días esperando, en cola, obtener el combustible en las estaciones de servicio.
«Para lograr ese objetivo tienen que portar el salvoconducto, el cual no se obtiene fácilmente, ya que hay que esperar una o dos semanas para que sea asignado por las autoridades. Y lo peor es que la duración de ese documento es de 30 días».
Pero, agregó, una vez que se tiene en mano el salvoconducto hay que sudar la gota gorda para transportar los productos, ya que cada vez se instalan más alcabalas en los trayectos carreteros de una ciudad a otra. De Guanare a Barquisimeto hay 17 puntos de control. Y en algunas ocasiones, si el productor no tiene el documento mencionado y presenta la carta agraria, entonces, se presenta el matraqueo. Es por ello que la Asociación emitió un comunicado denunciando esta anormalidad, porque con la misma se pierde la mitad de la carga transportada.
Otros problemas
Los pequeños productores siguen afectados por falta de semillas, de abono, fertilizantes y demás insumos.
Ya se han perdido muchas cosechas, porque no es posible sacar a los centros de consumo los productos, debido a las medidas restrictivas impuestas.
Con el cierre de los mercados municipales, la situación ha empeorado porque los productos ya no tienen espacio donde ser recibidos.
Es necesario que las autoridades y organismos que tienen relación con la agricultura se percate del daño que se le está haciendo a la población, porque si se baja mucho más la producción, los comestibles no sólo escasearán, sino que aumentarán considerablemente de precio. Y hoy la prioridad es la comida, enfatizó Montesinos.
