En una rueda de prensa realizada a través de la plataforma virtual Zoom, se llevó a cabo la lectura de la Exhortación Pastoral de la CXIV Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, en la que representantes de la iglesia católica pidieron «elecciones presidenciales limpias» en el país.
«Los venezolanos queremos vivir en democracia. Para ello es necesario celebrar elecciones de modo imparcial para todos los partidos políticos y de respeto del voto ciudadano. El régimen, más preocupado por mantenerse en el poder que en el bienestar del pueblo, ha convocado unas elecciones parlamentarias, – para el 6 de diciembre-, valiéndose de un Tribunal Supremo de Justicia sumiso al Ejecutivo, de un Consejo Nacional Electoral ilegítimo y la confiscación de algunos partidos políticos», expresa el comunicado.
En el texto señalan que esta situación «provocará la abstención y la falta de confianza ante estas inciertas elecciones parlamentarias».
Ante las recientes declaraciones de Vladimir Padrino López, ministro de Defensa del régimen de Nicolás Maduro, quien aseguró que la oposición “nunca podrá ejercer el poder político en Venezuela”, manifestaron:
«Vemos con gran preocupación como las Fuerzas Armadas, lejos de estar al servicio y defensa del pueblo, han optado por seguir al lado de una parcialidad política. Esto hace que crezca la desconfianza del pueblo hacia ella y se desprestigie cada día más».
En este sentido, afirman que «se hace necesaria la salida del actual gobierno y la realización de elecciones presidenciales limpias, en condiciones de transparencia y equidad».
Por otra parte, instaron a los sectores políticos y sociedad civil que hacen vida en Venezuela a generar propuestas por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
«No podemos quedarnos de brazos cruzados. El gobierno, los partidos, la sociedad civil en sus diversas manifestaciones deben tener propuestas que pongan en primer lugar la vida y calidad de toda la población», puntualizaron.
Sobre la pandemia de la COVID-19, aseguran que «ha puesto de manifiesto la crisis ya presente, agravada notablemente por la debilidad del sistema de salud».