Henkel García, director de Econométrica, sostiene que la poca capacidad de financiamiento contrae fuertemente a la economía. Explica que la política monetaria moderada y un bajo gasto público, contienen el desbordamiento de los precios, pero que aún Venezuela es un país en hiperinflación
El exponencial aumento del precio de la gasolina en Venezuela ha tenido un impacto en la tasa de inflación menor a lo que se esperaba, resalta el director de la consultora Econométrica, Henkel García. Explica que entre las razones resaltan la escasez del combustible y la moderada política monetaria que ha llevado desde hace varios meses la administración de Nicolás Maduro.
Sostiene -sin embargo- que aunque el índice nacional de precios al consumidor muestra una variación mensual menor a la de períodos anteriores, como en el 2019, aún el país se encuentra sumergida en un proceso hiperinflacionario.
Por cierto, este miércoles ocho de julio la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional presentó los resultados de la inflación de junio, el cual cerró en 19,5% lo que refleja un aumento de 3.524% en el último año y en 508,47% en el primer semestre de 2020.
La proyección de Econométrica sobre la tasa de inflación entre junio 2019 y junio 2020 -no obstante- es mucho mayor a la de la AN, al señalar que los precios se incrementaron 4.800%.
«El gobierno ha sido moderado en su política monetaria. La expansión de la liquidez por parte del Banco Central de Venezuela, pudiera haber tenido en ésta época de cuarentena la similitud de hace dos años atrás cuando este indicador estaba desbocado; pero no ha sido, han sido disciplinados», señala García.
Es por ello que el director de Econométrica explica el bajo efecto del ajuste de la gasolina en los precios de los bienes, tal y como ocurrió en el pasado con medidas similares con el combustible.
El pasado 1° de junio se dio inicio a un nuevo esquema dual en el mercado interno con el cual se estableció el litro de la gasolina en 5.000 bolívares y de 0,50 dólares. Un ajuste significativo en comparación a los Bs. 0,000006 que se cobraba a la gasolina de 95 octanos y de Bs. 0,00001 de la gasolina de 91 octanos.
«El alza fue una monstruosidad, pero el impacto no ha sido en la misma magnitud o medianamente parecida. Esto tiene que ver en gran medida con la misma dinámica con la que se mueve la mercancía de bienes, y es que muchos empresarios e industriales utilizan diésel para transportarlos y éste tipo de combustible no ha escaseado«, destacó García durante el conversatorio Economía en cuarentena organizado por la consultora.
Recordó además que antes del ajuste de la gasolina, ya los venezolanos pagaban desde hace varios años mucho más por el precio oficial, por lo que la medida ya se había diluido en el tiempo.
Considera García que al momento en el que se presente una mayor disponibilidad de gasolina en el país, habrá mayor demanda por lo que en ese entonces sí podría esperar un impacto en la inflación.
Sin crédito, sin crecimiento
El director de Econométrica plantea que el aumento de la liquidez monetaria de las últimas cuatro semanas ha sido de 20%, más bajo de lo que ha reflejado anteriormente cuando ha llegado hasta 38%, «no es bajo, pero si significativamente menor a lo que hemos visto en el pasado».
Explica que el empeño de las autoridades monetarias y financieras de mantener una política restrictiva en el mercado monetario y en el gasto público ha contribuido a estabilizar la cotización del dólar paralelo y por ende de la inflación, pero a costa de crecimiento económico.
«Estamos en una espiral de empobrecimiento muy peligrosa y que se presenta de manera muy rápida», afirma.
De acuerdo con los cálculos, la liquidez medido en dolares a tasa paralela era de 20.000 millones de dólares, mientras que ahora es de apenas 500 millones de dólares.
«Esta es una economía desmonetizada, porque la principal vía en la creación de dinero es a través del crédito bancario, no solo por parte del Estado. Lo que hizo el gobierno fue desaparecer los bolívares para contener el alza del paralelo, pero se contrajo la economía duramente. Esto lo que hace a su vez es poner en aprietos a muchas empresas porque no tienen liquidez ni financiamiento», dijo García.
A su juicio, al no haber ahorros ni acceso al crédito tras siete años de recesión y ahora con la paralización de actividades que exige la cuarentena decretada para evitar la propagación del coronavirus, no hay manera que se pueda salir adelante en este entorno ni confrontarla en el corto plazo.
«La cuarentena es tan solo uno de nuestros males. Es preocupante la falta de financiamiento. Hay un número considerable de empresas que no son viables económicamente, les queda como alternativa disminuir sus gastos o cerrar. Habrá empresas que les está yendo bien, como a las de productos de limpieza o de alimentos, supermercados; pero el resto de la economía tiene una facturación muy baja o nula», dijo.
Sostiene además que el sector privado ha señalado una caída de la demanda, incluso en aquellos sectores a los cuales se les ha permitido mantener operaciones durante la cuarentena. «Hay poca capacidad de financiamiento propio, mientras el acceso al crédito esté muy restringido».
Destaca que la administración de Maduro no cuenta con los recursos para enfrentar la cuarentena, para financiar al sector privado como lo han hecho en otros países. «La vuelta a la actividad será lento, muy lento cuando culmine la cuarentena. Es necesario contar con recursos de multilaterales y de inversiones privadas que se encuentren en el extranjero (…) Dependemos más de nunca del capital venezolano fuera de Venezuela», dijo.
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