Alejandro Cordero es un sexagenario que vive en la comunidad de El Palaciero ubicada en el municipio Palavecino del estado Lara
Relata que desde que comenzó la cuarentena, se redujo el transporte y por eso camina desde dicho sector hasta la ciudad de Barquisimeto donde trabaja como vigilante.
Este caminante sale de su casa a las tres de la madrugada y atraviesa gran parte de la intercomunal Cabudare – Acarigua. Avanza por la orilla de la carretera, expuesto al sol, la lluvia, la inseguridad y al peligro de los carros.
A pesar del confinamiento, este abuelo sale a trabajar en sus días de guardia porque expresa que el dinero que recibe de la pensión no le alcanza para vivir.
Asegura que desde el mes de marzo ha caminado más de mil kilómetros en el trayecto de ida a Barquisimeto y vuelta a Cabudare.
Este abuelo es uno de los rostros de muchos larenses que, en medio de las restricciones de prevención por pandemia de coronavirus, caminan a sus lugares de trabajo para sostenerse económicamente.