La palabra novela se institucionaliza a finales del siglo XIV, en el prerrenacimiento italiano. Con ella se denomina una narrativa de ficción compuesta de piezas breves escritas en prosa. Sirvió de modelo el Decameron de Boccaccio. Nace así el género literario Novela. La narración es propia de la prosa. La poesía se rige por otros patrones.
Narraciones se habían escritos muchas, pero El nombre de Novela recoge la intencionalidad organizada de la narración en prosa. Fue don Miguel de Cervantes, quien a partir de la idea de acabar con las novelas de caballería que dominaban el medio intelectual de la lectura, quien se le ocurrió escribir esa joya narrativa acerca de las andanzas de un caballero que dio al traste con la caballería medieval. Cervantes perfecciona la técnica del diálogo y desarrolla procedimientos artísticos destinados a explorarla psicología de los personajes.
A partir de Cervantes, la narrativa se desplaza de la relación puramente exterior de los hechos, hazañas, empresas, para abordar el análisis de la conciencia y de la conducta, centrada en el enfoque de aspiraciones y de realizaciones del individuo. De la generalidad de la visión y el medio a la individualidad singular de la conciencia y de la conducta. Este cambio se fundamenta en los ideales cambiantes de los seres humanos.
La nueva imagen ya no corresponde ni a Dios, ni a los semidioses místicos; ni a la figura egregia del monarca ni del aristócrata. Es a la figura del individuo a quien se le atribuyen cualidades que le otorgan dimensión de héroes. En un mundo donde impera la competencia, el personaje es el burgués. El carisma de la Edad media cede antes las pautas modernistas que se abren con la democracia.
Un plano de ficción cuyos acontecimientos imaginarios los vive el personaje y un plano histórico de circunstancias reales. Son perspectivas muy variadas por las cuales se ha encaminado la novela, sin que esta reseña las agote. De modo que las perspectivas son cada vez más amplias, inagotables.
Carlos Mujica