Venezuela urge de un movimiento social que lleve a los cambios que el pueblo está exigiendo. El país exige un nuevo gobierno y el régimen se quiere perpetuar. Ante esta situación, no existe unidad de criterio en los distintos sectores de la oposición y por ello no hay un mensaje claro donde se proponga una visión de país con perspectivas de futuro. No existe consenso en la forma de enfrentar al enemigo y mucho menos, propuestas y salidas concretas que permitan resolver los problemas fundamentales que padece la ciudadanía. A estas alturas quienes dicen liderizar vienen desde el 2018 asumiendo la abstención y buscando atajos, sin ni siquiera tener plan “B”,” C” o “D”, para poder darle un revolcón al gobierno. El partidismo impide lograr la cohesión interna dentro de la oposición, elemento de vital importancia para lograr la unidad necesaria que requiere todo proyecto o plan estratégico. Es la hora de convocar la construcción de una visión compartida que una a los venezolanos, como elemento primordial para lograr una Venezuela mejor
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El movimiento social del cual refiero deberá trazar claramente la estrategia al definir “contra que estamos”, y promover un mensaje que le lleva futuro esperanzador a la vida de los ciudadanos. Este movimiento debe salir a la construcción de una nueva mayoría que siente y padece todos los días las desgracias causadas por este desgobierno. Es un movimiento de compromiso humano, donde el valor del hombre esta por encima del estado, y donde las capacidades a conformar, darán el sostén digno de todos los venezolanos. Este será un movimiento, donde el ejercicio de la política requiere de la ética, porque este valor es parte del mensaje.
Este movimiento en concreto deberá promover un «modelo de sociedad justa que se fundamente en la defensa de la persona humana y en el respeto a su dignidad. Un modelo en el que la economía, la política, la ecología, la tecnología, la educación y las políticas públicas estén al servicio del progreso y el bienestar de cada una de las personas. Un proyecto que erradique la pobreza y ponga a todos los venezolanos a participar en la producción de riqueza, en el disfrute del producto social, ofreciendo a todos la oportunidad de progresar”. *(1)
Hoy Venezuela ha sido sometida a un modelo que castiga el emprendimiento producto de la iniciativa privada. Las políticas del gobierno solo han conducido a la destrucción de la producción nacional, viene acabando con el empleo y con los beneficios generados de este. El daño económico que estas políticas han generado, nos ha traído consecuencias negativas a la gran mayoría de los venezolanos. Solo la clase gobernante disfrutas de nuestras riquezas y hace uso impropio de todas ellas.
Por tanto, es obligante cambiar ese modelo por otro que le de oportunidad a todos, porque todos tenemos el mismo derecho a superarnos, debemos salir a conquistar una economía al servicio de las personas, que nos de generación de riqueza, empleo, bienes, servicios, que contribuya al desarrollo de la personalidad humana, mediante la superación de las desigualdades sociales. Franklin Delano Roosevelt decía que “la medida del progreso no está en cuanto le agregamos a la abundancia de aquellos que tienen mucho, sino en si proveemos lo suficiente para aquellos que tienen poco”
Nace entonces la necesidad de crear un movimiento social que contenga la presencia de todos los factores del acontecer nacional que procuren el cambio definitivo del futuro de los venezolanos, comprendiendo en este a los gremios profesionales o sindicales, instituciones, academia, activistas y militantes de los distintos partidos, amas de casas, ciudadanos, iglesias, en fin, toda una sociedad que se moviliza en torno a una idea integradora de cambio, un movimiento que una a los ciudadanos, un movimiento que demuestre la fuerza que genera la unión en los venezolanos.
Miguel Antonio Parra Giménez