¡Padre nuestro que estás en el cielo…
(Viene)… Son innumerables los nombres de los ucevistas que como papá, portando la “BOINA AZUL”, enfrentaron terribles trances en la cárcel “La Rotunda y en El Castillo San Felipe”, hoy, “Castillo Libertador de Puerto Cabello”. Los encarcelaron, torturaron, intentaron vejar y/o vivieron el exilio después de que llenos de ilusiones coronaron a su “Reina Beatriz I.”
Supongo que, al querer hacer que en Venezuela viviera una sociedad más justa y prospera subestimaron al enemigo, al poder de Juan Vicente Gómez y, a la desidia o a la cobardía de ciudadanos que integraban al pueblo oprimido y aterrorizado; se arriesgaron y tuvieron que soportar la arremetida de aquel monstruo abominable.
Y se escuchó el grito…
¡¡Sacalapatalajá!!
Ese grito (Compuesto por un estudiante de apellido “Estanga”) y las boinas azules distinguían a los estudiantes Ucevistas…
Hay quien opina:
“La sangre de los estudiantes es un abono para el pueblo cuando se pasma…”
En aquellos actos de libertad Jóvito Villalba culminó su discursó pronunciando:
“Padre Nuestro Simón Bolívar, Padre Nuestro Libertador, cómo han puesto los esbirros, tu Santiago de León.”
Contaba papá que, aquel año 1928, comenzó a celebrar su vigésimo cumpleaños la noche del 6 de abril, cuando en un pasillo del Campus de la Central, el Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad y posterior Presidente de la República, Dr. Raúl Leoni, le dijo:
“Epifanio… ¡Búscate un hierro porque esta noche es la vaina!”.
El Dr. Pedro Nolasco Pereira (hijo) en su obra: “En la Prisión (Los estudiantes de 1928)”, da la nómina de los estudiantes presos en el Castillo Libertador, de Puerto Cabello. Entre los 17 estudiantes nombrados, papá ocupaba el lugar número 5 y mi tío Juan Pablo Pérez Graterol (quien en realidad era primo hermano de papá, pero vivieron compartiendo más que si hubiesen sido morochos) era el N° 13 y después recibió un disparo de Eustaquio Gómez, el 12-10-28.
La captura de papá y de mi tío tenía la recompensa de 5 mil bolívares, vivos o muertos, lo cual era una fortuna para la época. Esto motivo que el abuelo y el tío Maximiliano (Padre de Juan Pablo) los enviaran a estudiar a Francia.
Papá continuó sus estudios de medicina en la Universidad de Paris, “La Sorbona”. Un muchacho nacido en 1908 en las aún inhóspitas montañas del municipio Morán del estado Lara…
Ante la exigencia de las leyes francesas de nombrarle un tutor, le fue designado don Isidoro Loeb, y así nace una amistad familiar… “Vigente hasta ahora.”
Papá era un excelente atleta, practicaba las paralelas y las argollas; experto peleador de Garrote. En Paris logró ser campeón pitcher…
Regresó al país graduado de médico y con un doctorado en Urología.
Cuenta Rafael Antonio Segundo Ceballos Garzón; página 173, de su obra:
“Del Hospital de Caridad al Hospital Central de Barquisimeto 1.880 – 1.954.”
Qué: “El 28 de octubre de 1938, se designando como jefe del equipo de Cirugía Número 2 al doctor Epifanio Pérez Pérez (…)
Ante la continuidad de la tiranía con la presidencia del General Eleazar López Contreras, siguió con sus luchas libertarias, para caer una vez más en los grilletes y las mazmorras donde había estado preso en 1928.
Fue elegido diputado ante el “Congreso Nacional”, cargo del cual acepta la responsabilidad el 19 de abril de 1940… (Continuará)
Quiero felicitar a los padres de mis seres queridos y desearte a ti papá, qué:
“Doquiera que estés sea en armonía. Feliz… siempre.”
Maximiliano Pérez