Venezuela se encuentra hoy en la más abismal crisis que ha podido tener en toda su historia republicana,la situación por la que atraviesa, involucra a todos y cada uno de los factores que sostienen a su sociedad, lo que no le hace fácil poder superarla.
Muchos podrán creer que la crisis es solo política, es más, pueden llegar a pensar que con solo cambiar al gobierno se puede salir de ella, pero lamentablemente no es así, la crisis conjuga lo económico, lo social, lo institucional, lo ético, lo educativo, nuestra política internacional, en resumidas cuentas, compromete nuestra soberanía.
En el 2016 el centro de políticas publicas IFEDEC, presento un documento al país que contenía una propuesta de visión compartida para superar la división entre los venezolanos, la cual “…se fundamenta en la defensa de la persona humana y en el respeto a su dignidad. Un modelo en el que la economía, la política, la ecología, la tecnología, la educación y las políticas públicas estén al servicio del progreso y el bienestar de cada una de las personas. Un proyecto que erradique la pobreza, nos ponga a todos los venezolanos a participar en la producción de riqueza y en el disfrute del producto social y nos ofrezca a todos la oportunidad de progresar”
Esta propuesta al mismo tiempo señalaba los obstáculos que habría que superar para lograr ese propósito, debida cuenta de la crisis económica y sus graves consecuencias que amenazan desde entonces la gobernabilidad; así como la polarización extrema que impide los acuerdos necesarios para poder enfrentar los difíciles retos que tenemos;la debilidad institucional por ausencia de Estado de Derecho que le ha quitado el soporte a la democracia; y lo más importante una corrupción que ha permeado el valor ético de todo el cuerpo social del país.
Hoy junio 2020, seguimos teniendo presentes estos elementos perjuiciosos que han infiltrado al cuerpo social del estado venezolano, agravándose con una pandemia que amenaza la estabilidad económica y social de la comunidad internacional. Ante tan grave situación y con estos obstáculos es imposible superar la crisis si no se construye un amplio consenso nacional, realmente integrador y participativo.Debemos entonces entender, que en Venezuela se requiere como bien a señalado el Santo Padre Francisco:“…reanudar un camino común por el bien del país, reabriendo los espacios de encuentro y dialogo sincero y constructivo…La convivencia, el dialogo, la reconciliación y la unión, no son una derrota o una perdida, sino una victoria, porque quien gana es el ser humano creado por Dios para vivir en concordia y armonía” que es lo que requerimos y aspiramos los venezolanos.
Mantenernos en la confrontación política actual, requerirá pagar luego un alto precio por la reordenación del Estado, se requiere con urgencia un cambio de gobierno sin demora, y debemos alcanzarlo mediante “la construcción de espacios de encuentro en función de los altos intereses del país” (1)
El gobierno de emergencia nacional que aquí proponemos, debe sustituir mediante un acuerdo político la actual administración de Nicolás Maduro, así como sus políticas generadas por el socialismo del siglo XXI.
Demostrado esta, que no hay posibilidad alguna de que en sus manos Venezuela se pueda levantar de la crisis en donde está inmersa, de allí la importancia que, desde el seno de los factores de poder, se den los pasos necesarios para la construcción de los acuerdos, que le permitan la salida, a la crisis del país.
Miguel Antonio Parra Giménez
@miguelparrag