Reportes diarios incompletos, distinción de casos con términos politizados y vocerías regionales hacen que llevar un registro de los casos de coronavirus en el país de manera independiente se convierta en una tarea difícil.
A juicio de José Félix Oletta, médico epidemiólogo, exministro de Salud y miembro de la Alianza Venezolana por la Salud, los reportes que se están haciendo pueden tener variaciones muy importantes día a día y no permiten ver la realidad de lo que está ocurriendo.
Explicó Oletta que los registros se están haciendo en momentos que no corresponden a la aparición del caso. “Se producen sesgos porque la data no se corresponde al momento de la enfermedad sino al momento en que es registrada como un caso confirmado. Eso genera un problema de interpretación de los momentos de la curva epidemiológica, entonces tienes una curva que sube y baja”, dijo.
RunRun.es identificó diez problemas en cómo se presenta la información dada por la administración de Nicolás Maduro.
Desde el primer mes con COVID-19 en Venezuela, la administración de Nicolás Maduro ha omitido datos en cuanto a la ubicación de los contagiados.
El pasado 20 de marzo, Maduro habló sobre unos “infectados en una fiesta en una isla”; no especificó la región, ni el número de casos. Esto lo haría solo cuatro días después, el 24 de marzo, cuando se informó los primeros tres casos en Los Roques, y en días posteriores los voceros continuaron informando sobre más.
Tres meses después, la imprecisión en la ubicación de los casos se ha hecho más evidente con los nuevos casos que han ingresado por las fronteras. Desde el 22 de mayo todos los reportes incluyen casos en los que no se identifica la ubicación de por lo menos uno de los casos informados ese día.
A pesar de que en fechas como el 22 y el 27 de mayo se han presentado láminas en la que se indican cuántas personas habrían ingresado por frontera y cuántos serían positivos, no se sabe si esos retornados están en dichos estados o ya fueron movilizados a sus estados de residencia.
El último reporte de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) da cuenta de que 510 personas retornadas han sido diagnosticadas como casos positivos entre el 6 de abril al 21 de mayo, y resalta que algunos de estos casos han sido diagnosticados “luego de su traslado a los estados de destino”. No indica en dónde estarían ubicados estos casos que han ingresado por frontera.
Desde el pasado 18 de mayo solo se informan algunos detalles de los casos denominados “comunitarios”. Los detalles de los casos por “contacto internacional” o de los que ingresaron por frontera son omitidos en algunas transmisiones.
El 27 de mayo, por ejemplo, Jorge Rodríguez indicó el género, edades y ubicación de los casos comunitarios. Sí indicó los géneros de los casos de ese día, pero dejó por fuera la ubicación y rangos de edades de los 32 casos “importados”.
De manera similar, 31 de mayo, de los 51 casos solo se precisaron los géneros de seis personas, y las edades de cuatro. Asimismo, el 1 de junio, Maduro solo dio detalles sobre las tres personas fallecidas anunciadas en el el día. A pesar de que indicó que los casos “importados” fueron detectados en los estados Apure, Bolívar, Táchira y Zulia, no indicó cuántas personas estarían en cada uno de los estados. Tampoco detalló los casos comunitarios.
Oletta explicó que entre la información que se debe dar en los reportes diarios se incluye la distribución geográfica, los grupos etarios, la distribución de casos por sexo, el tiempo de desarrollo, la densidad de la población en donde se producen los casos y las cadenas de contagio de los brotes. “Eso tiene que manejarse con una dirección de epidemiología, cuyo órgano principal es el Ministerio del Poder Popular para la Salud”, sentenció.
Países de la región como Argentina hacen reportes diarios escritos en donde indican la totalidad de casos registrados hasta la fecha, el total de nuevos casos, el número de casos sospechosos, las franjas etarias y el promedio de edad de prevalencia de la enfermedad.
En Venezuela, se hacen reportes verbales en una transmisión televisada en donde solo se indican los nuevos casos en las últimas 24 horas, que no siempre son 24 horas ya que los horarios de estas alocuciones varían. No todos los días se hace un avance informativo con la totalidad de casos y los nuevos caso.
Un corte de información reciente se hizo el pasado 24 de marzo, al llegar a los 91 casos; Nicolás Maduro dijo que la totalidad de casos en el país por género sería de 44 mujeres y 47 hombres. No indicó cuál sería la distribución por edades, pero sí el total de casos por estado, así como las fechas de diagnóstico.
El día anterior, el 23 de mayo, Delcy Rodríguez hizo un corte de información incompleto que incluía la procedencia de los casos, más no sobre las proporciones por género y edad. Pero retrocediendo aún más, el 22 de mayo, Jorge Rodríguez sí habría hecho un reporte completo de los indicadores en la epidemia. Esto devela la falta de un protocolo para dar la información
Oletta comentó que no corregir los errores con los que se presenta la información a diario indica que no hay la intención de dar la información apropiada.
“Debería haber un boletín epidemiológico al que tuviera acceso a todo el mundo, así como la posibilidad de hacerle preguntas al ministro, al vocero oficial. Eso da transparencia, rendición de cuentas, genera confianza pública, que es fundamental en el manejo de una emergencia como la de este tipo. Si usted no cree en el ministro o en el vocero entonces usted no cumple con las medidas de cuidado”, añadió.
El 15 de marzo es cuando se habla por primera vez de “casos importados” en Venezuela, en una alocución realizada por Nicolás Maduro. El 24 de marzo Maduro introduce otra vez una nueva distinción: “los casos comunitarios”; y el 13 de mayo, Maduro acuña un nuevo término: “contacto con viajero”, en referencia a una persona que estuvo en contacto con una persona que vino desde Uruguay.
A medida que se ha desarrollado la epidemia en el país, los voceros que realizan los reportes diarios introducen nuevas distinciones en los casos. Oletta explicó que la OMS sí utiliza los términos de casos importados y de casos autóctonos. “En una primera fase todos los casos son importados y con el tiempo el número de casos autóctonos aumenta”, detalló.
Pero Oletta explica que en Venezuela manejan la información para quitarse la marca de que existen casos de transmisión comunitaria en el país y desvían la atención a que los casos son importados. “Genera un mensaje discriminador, un mensaje manipulado, en donde están creando una manera imprudente y discriminación contra esas personas retornadas”, agregó.
Enfatizó que la definición que está utilizando Maduro es inapropiada porque el caso de “contacto con viajero internacional” no es un caso importado, es un caso autóctono, junto con los comunitarios, que es cuando no se puede identificar quién contagió a la persona.
Nicolás Maduro, en su reporte diario para informar sobre los nuevos casos de coronavirus en el país, dijo el pasado 28 de mayo: “una cosa son los casos venezolanos, donde tenemos la curva súper aplanada. Otra cosa son los casos colombianos, brasileños, peruanos y ecuatorianos”.
Oletta explicó que la curva hay que tomarla en consideración con el total de casos, no con un grupo, y menos si se usan pruebas de laboratorio inapropiadas. “Por lo tanto, todos esos datos no son confiables. Para ser confiables usted tiene que aumentar el número de casos a investigar con pruebas adecuadas”, puntualizó.
En otros países son los medios de comunicación quienes consiguen y dan a conocer las historias y detalles de los pacientes con coronavirus. En Venezuela, es el gobierno. Pero esta no es la única diferencia, pues en el país, los voceros de Maduro han dado detalles muy precisos de algunos casos y en al menos dos oportunidades, errados.
La primera desinformación fue dada por Jorge Rodríguez, el pasado 29 de marzo, en referencia a un hombre de 60 años, residente de Antímano, quien falleció por COVID-19. Rodríguez indicó que era de profesión taxista y seguía ejerciendo sus funciones. Además se preguntó con cuántas personas se habría cruzado este hombre en Antímano, Mamera, Carapita, Caricuao y en Catia.
No obstante, El Parroquiano, un medio de Antímano, informó que el hombre había sufrido un ACV hace cuatro meses y se encontraba en silla de ruedas. Por esta razón, sería imposible que el hombre continuara en sus labores de taxista contagiando a otras personas.
La segunda, dada por Nicolás Maduro, fue el pasado 8 de abril cuando indicó que uno de los pacientes fallecidos era un hombre de 58 años, residente de El Cafetal, que habría viajado a España y ahí contrajo el virus. Sin embargo, sus familiares explicaron a El Pitazo que el paciente tenía 59 años y se contagió en la ciudad de Caracas, pues no había viajado fuera de las fronteras venezolanas desde hace más de un año.
En Venezuela, los voceros de la administración de Maduro contabilizan la totalidad de pruebas de detección de coronavirus sin hacer la distinción de cuáles son las pruebas rápidas y las tipo PCR. Únicamente a través de los reportes de la OCHA es que se puede conocer esta distinción. No obstante, el resto del mundo contabiliza la totalidad de pruebas PCR aplicadas por día.
Oletta recalcó que las pruebas PCR son la técnica apropiada para la búsqueda de casos. “El gobierno usa el número de pruebas rápidas como si fuera un estándar de calidad y que lo están haciendo bien. Y resulta que no sirve para hacer el diagnóstico oportuno, precoz y seguro de los casos”, sentenció.
Agregó que tampoco se indica cuántas pruebas han sido positivas, cuántas negativas, cuántas de las positivas se confirmaron o se negaron, cuántas de las negativas resultaron siendo casos positivos y cuántas de las negativas se confirmaron negativas.
“Eso es lo que uno hace para validar una prueba. Es lo que se llama el índice de confiabilidad, la confiabilidad de la prueba. Con eso identifícas los falsos positivos y falsos negativos en la población. El gobierno no te da esa información; de esas 900 mil no te dicen cuántas dieron positivas”, añadió.
No se sabe con precisión, de acuerdo a la información brindada por la administración de Maduro, cuántas personas se encuentran en los centros de alojamiento temporales en donde cumplen la cuarentena preventiva los retornados venezolanos.
Si bien en los reportes diarios de la última semana de mayo se han presentado láminas en las que se indica cuántas personas han regresado por los estados fronterizos a venezuela y cuántos habrían dado positivo para coronavirus, no se informa la cifra de cuántas personas estarían alojadas en los centros y cuántos habrían ya retornado a sus estados de residencia.
Lo que sí se conoce es que las condiciones de muchos de ellos no son cómodas ni las adecuadas en términos salubres.
En casi todos los países del mundo la información sobre nuevos casos detectados de COVID-19 la emite la más alta autoridad u organismo de salud del país. En Venezuela, los reportes diarios son dados por Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez, que si bien tienen cargos altos en la administración del gobierno, no son autoridades en materia de salud.
“Para eso existe un Ministerio de Salud, porque esa es su función fundamental y por eso es la máxima autoridad. La rectoría en salud la debe tener el ministro de Salud (…) Si hay algo que es llamativo es que no hay un boletín epidemiológico, y si no hay es porque el ministerio dejó de existir, el Ministerio de Salud está arrimado. No es el órgano de competencia al cual le corresponde dar esta información y esto es muy doloroso”, sentenció Oletta, quien también fue ministro de Salud.
Las vocerías que han asumido las más altas autoridades regionales también han representado dificultades en la contabilización de los casos ya que no precisan detalles importantes como el género y las edades o, en algunos casos, contabilizan más o menos casos de los que se anuncian a nivel nacional.
Tal fue el caso al inicio de la pandemia con los reportes que el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, hacía a través de su cuenta en la red social Twitter. En esta nota puedes conocer las inconsistencias que sus gráficas generaron en cuanto a la contabilización de casos.
Oletta nuevamente insistió en que la información debe estar en manos competentes. “De lo contrario, usted rompe uno de los puntos fundamentales de cualquier medida de control epidemiológico”, finalizó.
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