Las manifestaciones contra el racismo y los abusos policiales en diversas ciudades de Estados Unidos volvieron a ser multitudinarias el miércoles, pero fueron mucho más tranquilas en la víspera del primer funeral por George Floyd, que iniciará una serie de actos en memoria del hombre cuya muerte desencadenó un movimiento nacional.
La calma a las movilizaciones llegó en el mismo día en que la fiscalía acusó a tres policías más y presentó un nuevo cargo más severo contra el agente en el centro del caso.
La modificación supone una acusación de asesinato en segundo grado contra Derek Chauvin, quien fue grabado en video mientras inmovilizaba a Floyd en el piso colocándole la rodilla sobre el cuello. Los otros tres agentes que estaban en el lugar —Thomas Lane, J. Kueng y Tou Thao — fueron acusados por primera vez de ayudar e instigar un asesinato en segundo grado y un homicidio en segundo grado.
Si son declarados culpables, podrían ser condenados a hasta cuatro décadas en prisión.
La medida de la fiscalía culminó una semana sin precedentes en la historia moderna estadounidense, en la que comunidades de todos los tamaños registraron protestas, en su mayoría pacíficas, que se vieron salpicadas de episodios de violencia, incluyendo ataques letales a policías, robos masivos e incendios provocados en algunas zonas.
En todo el país, más de 10.000 personas han sido detenidas en relación con los disturbios, según muestra un conteo realizado por The Associated Press. Se han reportado más de una docena de muertes, aunque en muchos casos siguen estudiándose las circunstancias.
Las protestas siguieron siendo multitudinarias, aunque en su mayoría pacíficas en California, donde las estrellas de la NBA Steph Curry y Klay Thompson marcharon junto a otros manifestantes en Oakland.
Algunos se tiraron sobre el piso para representar el tiempo que el agente de policía blanco tuvo su rodilla sobre el cuello de Floyd mientras este suplicaba poder respirar. Pero los agentes mantuvieron en su mayoría una política de no intervención durante la jornada e incluso después de la entrada en vigor de los toques de queda.
El primero de los tres funerales por el hombre cuyo nombre ha sido coreado por cientos de miles de personas en los últimos días está previsto para el jueves en la tarde en Minneapolis, un servicio en el que intervendrán el reverendo y líder de los derechos civiles Al Sharpton, y el abogado de la familia, Ben Crump.
El cuerpo de Floyd viajará después a Raeford, Carolina del Norte, donde nació hace 46 años, para un velatorio público y un funeral familiar privado el sábado.
Además, el lunes se celebrará un gran funeral en Houston, donde Floyd pasó gran parte de su vida, que incluirá discursos de Sharpton, Crump y del reverendo Remus E. Wright, el pastor de la familia. El exvicepresidente Joe Biden, que casi con toda seguridad será el nominado demócrata a la presidencia, podría asistir. Luego se celebrará un entierro privado.
Crump, el abogado de la familia, dijo que los cargos adicionales contra los agentes son “un momento agridulce” y “un importante paso adelante en el camino a la justicia”.
Tras el anuncio de las nuevas acusaciones, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, señaló que el estado y el país tienen que “aprovechar el momento” y utilizar los desgarradores eventos de la semana pasada para confrontar los efectos del racismo, incluyendo la desigualdad de oportunidades educativas y económicas.
“Creo que esta es posiblemente nuestra última oportunidad, como estado y como nación, para solucionar este problema sistemático», afirmó.