No existe un techo presupuestario para la atención de los migrantes venezolanos en el Hospital Universitario Erasmo Meoz de Cúcuta. ¿La consecuencia? Un déficit crónico que se viene arrastrando 55 mil millones de pesos, que mantiene al principal centro de salud en la frontera colombo-venezolana con una cartera morosa desequilibrada.
Así lo indicó Miguel Botta, gerente del HUEM, quien manifestó que la política nacional de salud pública del Gobierno colombiano es la atención plena y abierta a los casos de los migrantes venezolanos formales e informales y colombianos retornados a su territorio, y esto implica facturarle al Estado las cuentas, a cargo de un fondo que no existe, derivadas de esta atención.
“Ninguna empresa puede planificar o trabajar sin techo presupuestario, que no es otra cosa sino saber hasta dónde llega el gasto y hasta dónde me puedo comprometer. La atención al migrante tiene que asumirla el hospital y estos costos deben ser reembolsados por el Gobierno nacional”.
El ministerio de Salud abonó este año 27 mil de los 83 mil millones que se debían, pero el saldo sigue estando en rojo. Manifestó que es preocupación de su administración mantener la atención y controlar esta cartera, que no duda en calificar como la más “peligrosa” de todas. Una labor de equilibrio en un hospital público que debe ser llevado como una empresa.
“La situación es clara: con cualquier otra empresa yo puedo determinar qué servicios se pueden dar y qué otros no se pueden dar, de acuerdo a su cumplimiento con los pagos. En este caso, yo no puedo hacer eso”.
Más de 40 mil pacientes de origen venezolano han sido atendidos en diversos servicios del HUEM, especialmente en las áreas de emergencia y gineco- obstetricia.
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