Llegaron las primeras bicicletas a Venezuela en 1893. A los pocos años se conoció la novedad en Barquisimeto.
Un italiano de apellido Cataldi fue el primer ciclista en la ciudad. Otro pionero fue Ramón Anzola Cazorla, quien habría llegado hasta El Tocuyo pedaleando.
Lino Piña, dueño de una funeraria y una cochera de gran renombre en Barquisimeto, también trae una bicicleta y se convierte en uno de los primeros ciclistas de Barquisimeto.
Lo cierto es que en la segunda década del siglo XX el uso de este novedoso medio de transporte se generalizó en la capital larense. Se conforman clubs de ciclistas, entre ellos el encabezado por Antonio Barreras, joven y destacado comerciante local y es aquí que comienza la trágica historia que hoy nos ocupa
El entusiasmo por las bicicletas crecía conforme pasaba el tiempo, todos querían participar. Automovilistas y ciclistas convivían en las estrechas calles de la ciudad.
Los hermanos Barrera, Antonio, Manuel y la niña Tella se destacaban. En esos días aún se veía con recelo a las señoritas que montaban cicicleta.
Comenzaron las competencias acompañadas por la imprudencia. Por el barrio de Paya había un profundo y peligroso zanjón y a alguien se le ocurrió apostar a ver quien era capaz de saltar el barranco.
El Joven Manuel Barrera aceptó el reto y se dispuso a saltar hasta la otra orilla. Más no tuvo el empuje necesario y cayó con todo y bicicleta al fondo del abismo.
El accidente ocurrió el 6 de agosto de 1926 y el infortunado fue trasladado de inmediato al Hospital La Caridad de Barquisimeto.
El Impulso publicó la fatal noticia el 7 de agosto. Ese día el joven ciclista murió a consecuencia de la mortal caída en el peligroso zanjón y las heridas recibidas luego del aparatoso accidente.
Gran pesar causó en la colectividad larense aquel acontecimiento. Manuel Barrera fue enterrado con todos los honores.
Desde entonces el abismo pasó a llamarse primero «Zanjón de Barrera» y con los años el nombre se contrajo a «Zanjón Barrera».
Años después, en 1977, la municipalidad rellenó el barranco. El sector Paya y el zanjón ya no existen, pero el nombre de Manuel Barrera perdura en el tiempo.