El gobierno del presidente Jair Bolsonaro prorrogó el cierre de todas sus fronteras por 30 días, cuando Brasil alcanzó la marca del segundo país con mayor contagios de coronavirus en el mundo sólo detrás de Estados Unidos.
La decisión aplica tanto a las fronteras terrestres como las aéreas, y excluye el tráfico comercial. Brasileños y residentes en el país quedaron exceptuados en la decisión, publicada en el Diario Oficial el viernes por la noche, al aducir “razones sanitarias”.
Brasil reportó más de 330.000 casos confirmados de Covid-19 el viernes, superando a Rusia. Además, más de 21.000 fallecieron desde la llegada de la pandemia. Expertos consideran que podrían haber más casos de los reportados oficialmente debido a la falta de capacidad de pruebas en masa.
Desde la llegada de la pandemia, el presidente Bolsonaro ha minimizado al coronavirus, llamándola una “gripecita”, y se ha mostrado más preocupado en el daño económico que puede generar la paralización de la actividad económica.
La propagación prácticamente descontrolada del virus en Brasil ha generado una alerta regional entre sus países vecinos, temerosos de que eventualmente pueda propagar otros focos menores de la enfermedad en el continente.
Bolivia se alistaba, en tanto, para ingresar a una flexibilización de la cuarentena a partir del 1 de junio en medio de presiones al gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez para que se levante la medida que lleva dos meses. El país andino atraviesa los picos más altos de contagio.
El Ministerio de Salud informó que hasta el viernes por la noche se reportaron 392 casos nuevos, con lo que la cifra de contagios se elevó a 5.349, con 230 decesos.
En ciudades como Santa Cruz, la más afectada, autoridades anunciaron que las restricciones serán levantadas paulatinamente. Mientras que Beni, fronteriza con Brasil, busca ayuda después de declarar desastre sanitario, ya que sus médicos especialistas renunciaron o se contagiaron con la enfermedad.
La Paz, sede de gobierno, iniciará poco a poco sus actividades en medio de medidas de bioseguridad. En la vecina de El Alto, se reiniciará el lunes el transporte público.
En Chile, que ha registrado un incremento acelerado de contagios y muertes en los últimos días, las autoridades continuaban distribuyendo cajas de alimentos a las familias más vulnerables en la municipalidad de La Florida, uno de los barrios más poblados del sureste de Santiago.
Junto a alimentos imperecederos, se distribuía una bombona de gas y un pollo para cada familia, con recursos de la municipalidad. La víspera, el gobierno comenzó a distribuir 2,5 millones de canastas de alimentos básicos a familias pobres en un operativo apoyado por las Fuerzas Armadas.
También comenzó a pagarse una ayuda de unos 80 dólares a cerca de 2 millones de familias por un periodo de tres meses, en medio de un incremento de los precios de los alimentos y protestas durante la semana en varios barrios humildes de la capital confinados por la pandemia.
En el país se reportaron 3.536 nuevos casos positivos y 43 muertos. En total se contabilizan 65.393 contagios y 673 fallecidos.
En Colombia también se buscaba llevar ayuda a familias de bajos recursos. La ministra del Interior, Alicia Arango, señaló el sábado que se había repartido más de la mitad de un millón de mercados en diferentes zonas del país, que hasta el momento tenía 19.131 infectados y 682 fallecidos.
Agregó que también se entregaron 60.000 kits de bioseguridad a indígenas que están ayudando en la seguridad de sus comunidades, evitando el ingreso de extraños para reducir los riesgos de contagios.
Migración Colombia informó a su vez que hasta el momento han salido por la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, alrededor de 64.159 migrantes venezolanos que decidieron regresar a su país debido a la pandemia.
En América Latina se registraba a la fecha casi 525.000 contagios y más de 33.000 muertos, y Brasil tiene la mayor cantidad de infecciones y decesos.
A nivel mundial se han infectado más de 5,2 millones de personas y muerto más de 338.000, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte.