No solo para los larenses, sino para el venezolano en general, la urbanización Sucre, en Barquisimeto, es sinónimo de protesta y lucha ante las irregularidades que se viven en Venezuela desde hace varios años.
Desde el 2014, la urbanización Sucre ha sido el foco de las protestas de calle en Barquisimeto.
En el año 2017 la arremetida por parte de los funcionarios del Estado en este populoso sector fueron sumamente graves. Represión, allanamientos y personas detenidas, fueron parte de las largas noches que se vivieron allí.
Incluso, en el 2018, continuaron las manifestaciones de calle para expresar su descontento ante la represión por parte del régimen de Maduro.
En este 2020, cuando el mundo enfrenta una pandemia como lo es la COVID-19, la crisis en Venezuela se agudiza cada día más. Las fallas en los servicios públicos son extensos, alarmantes y estresantes para todas las personas. Por esta razón, en la urbanización Sucre, volvieron a retomar las protestas como forma de expresión ante el descontento que viven todos los venezolanos.
Los intensos cacerolazos se hicieron sentir cada noche que se quedaban sin energía eléctrica, así como la quema de cauchos en la vía principal. ¿La respuesta? Funcionarios de las FAES se dirigieron a la urbanización, lo que dejó como resultado: Allanamientos en distintas viviendas y 6 personas detenidas durante la tarde del miércoles 20 de mayo.
Alfredo Ramos, dirigente político y exalcalde de Iribarren, comentó en su cuenta de Twitter que esta nueva represión del régimen de Maduro tiene como objetivo sembrar miedo a la población para que dejen de manifestarse en las calles del país.
Entre las 6 personas detenidas por las FAES, resalta el nombre de Giovanny Meza, joven de la comunidad, quien según informaciones de los vecinos, presenta una patología que le hace sufrir de convulsiones, y ante su detención por parte de los funcionarios, habría sufrido hasta 5 convulsiones durante la tarde-noche.
En este contexto, habitantes de la urbanización declararon a Elimpulso.com y contaron que están cansados de la crítica situación de los servicios públicos en el país, lo que terminó siendo el impulso que necesitaban para volver a manifestarse en las calles.