En todo el país comienza a observarse el calentamiento social, pero ignoramos el nivel que alcanzará, debido a la gran cantidad de dificultades que tiene la población, dice el sociólogo Daniel Azuaje.
«Esto nos lleva a recordar a los romanos, que para garantizar la paz social recurrieron a darle al pueblo, pan y circo. Les proporcionaba el imperio la comida y también el entretenimiento».
Aquí el régimen, agregó, que tiene el control de todos los servicios, pensó lo mismo que los romanos para mantener cierta tranquilidad en la población. Sin embargo, ya no tiene los recursos para suministrar la comida y tampoco puede ofrecer entretenimiento.
Con el cierre de las operaciones de la empresa DirecTV, más de diez millones de la población venezolana ha quedado sin los canales que les ofrecían diversión, distracción y entretenimiento.
«Pero, antes de eso ya teníamos una gran cantidad de problemas que vulneraron la calidad de vida, como la falta de empleo, agua potable, gas doméstico, combustibles y la energía eléctrica, además de que los ingresos, para utilizar una de las palabras preferidas por el desaparecido comandante eterno, han sido pulverizados por la hiperinflación».
A su juicio, todo ese coctel de problemas también pulverizó el apoyo que tenía el régimen y se está observando un calentamiento social muy grande, en todas partes del país, que no se sabe hasta dónde llegará porque cada vez es mayor el descontento de la gente.
Como el régimen había absorbido todos los servicios y los proporcionaba, acostumbrando a la población de que eso perduraría en el tiempo, ahora la gente le está diciendo: “dame lo que me ofreciste.” Lo terrible de esta situación es que el régimen responde con la fuerza represiva y la gente está dispuesta a salir a la calle para alzar su voz de reclamo. El calentamiento social es muy peligroso porque nadie puede predecir cómo termina, sentenció.