A Euclides le enviaron por WhatsApp un mensaje aterrador: “Si no lees un libro o aprendes algo en esta cuarentena lo tuyo es falta de disciplina. No cambiaste nada.”
Lo compararon con Isaac Newton que en 1665 en su cuarentena (peste bubonica), formuló la teoría de la gravedad. Euclides es albañil.
No pudo auto cuestionarse, debía decidir entre #quedarseencasa o buscar comida. Para un hombre saciado y otro hambriento no ven lo mismo cuando miran una barra de pan.
Euclides comprando los frijoles pensaba en el mensaje, -si la cuarentena es para reflexionar y detener lo acelerado de la vida. ¿Para qué decir que leí un libro y lloré con Milagro en la Celda 7? Lo que quiero es jugar con mis hijos sin buscar coronar alguna cúspide.
Como buen albañil Euclides hace caso al patrón: una pared acá, una ventana allá. Sabe que estaba mal salir de la casa en cuarentena pero debe buscar dinero para comprar comida y llevarle a sus hijos y mujer. No tiene Netflix y su nevera se le dañó.
Euclides es de agradable apariencia, no tiene la sabiduría de siglos, él sólo es él. No vive con felicidad excesiva, sino con facilidad. Duerme toda la noche.
Sabe que algunos consejos pueden confundir más que ayudar. Y más estos días donde muchos profetas y gurús señalan seguir el camino que nos llevó justo a la cuarentena: No comprender que cada quien es distinto y tiene su propio tiempo de velocidad.
Euclides cree que antes de emprender algún viaje, búsqueda de Dios, actuar, es esencial comprenderse a sí mismo. Así es Euclides.
Fritz Márquez
@fritzmarquez360