La Conferencia Episcopal Venezuela y varias organizaciones de la Iglesia católica exigieron este miércoles a las autoridades un plan de atención a los pueblos indígenas ante la emergencia por el Covid-19.
A través de un comunicado, los obispos y siete organizaciones, entre ellas la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) expresaron su solidaridad con el Documento Sobre la situación del Covid-19, emitido por los indígenas el pasado 12 de mayo del 2020.
Destacaron seis de los puntos que detalle el informe, comenzando por la ausencia de un protocolo específico para la atención de estas comunidades en caso de contagio.
“En algunas comunidades se realizan operativos de prevención y se exigen medidas de higiene sin garantizar el servicio de agua potable e ignorando la precariedad económica de las familias, que les impide invertir en artículos de limpieza o higiene, tan necesarios para la prevención de la enfermedad”, señalan.
Resaltaron también que los dispensarios y puestos de salud “no cuentan con la mínima presencia de personal sanitario y dotación que permita resolver situaciones médicas básicas”.
Además, “con contadas excepciones (…), muchos indígenas han quedado atrapados en las cabeceras de los municipios donde se encontraban y no existe una propuesta para volver a sus hogares”.
“En poblaciones pequeñas la cuarentena obligatoria impide a los indígenas trabajar en sus conucos y dedicarse a la pesca, reduciéndolos así al hambre y a otras consecuencias”, también recalcaron.
«No es justo»
Además, “en los lugares de mayor densidad poblacional la falta de transporte y de suministro de combustible dificulta la comercialización de los productos agrícolas, pescados y artesanías, intensificando la ya precaria realidad que viven los pueblos indígenas”.
De igual manera, señalaron que “el plan Toda Familia una escuela del MPPE es impracticable en las comunidades indígenas. En la mayoría de ellas no hay electricidad, no hay señal de televisión ni de internet. Nos preguntamos. ¿Qué pasará? ¿Se perderá todo el año escolar? ¿La desigualdad y asimetría en el acceso a la educación retrocederá a niveles del pasado? ¡No es justo! La inacción y el silencio no pueden ser una opción de políticas públicas”.
Igualmente, que “la impunidad está a la orden del día. La sed del oro del sur”, no tiene límites llegando a niveles de una ‘renovada idolatría’. Esta actividad minera desbocada hace revivir dantescas escenas de incursiones violentas y armadas para oponerse a poblaciones que se resisten a ver destruidas sus tierras, sus aguas y sus culturas”.
“Hay también que decir que algunos indígenas se siguen arriesgando al trabajo en las minas y a la posibilidad de contaminación con el virus”, añadieron.
Plan de atención
Ante esta crítica situación que denuncian, los obispos y las organizaciones católicas exigen “que se detenga esta barbarie, y se realice ante la pandemia un plan de atención para los pueblos indígenas, so pena de ser partícipes de este genocidio en desarrollo”.
“Es necesario pensar cómo asistir a las comunidades indígenas en el caso de un confinamiento prolongado y en la etapa de postpandemia. Es prioritario adelantar planes de vacunación masiva para las enfermedades endémicas ya presentes en sus regiones”, indicaron.
Insistieron en que “el Estado de manera subsidiaría debe ofrecer apoyo económico y alimenticio a las familias indígenas reducidas a la miseria y al hambre”.
“Por otra parte, se hace impostergable dotar a los centros de salud de lo necesario para garantizar la lucha contra el SARS-CoV-2 y las otras enfermedades típicas de la región”, instaron.
Y elogiaron el trabajo de los misioneros y recordaron a los indígenas “que no están solos, sus anhelos y pesares son también los de la Iglesia”.
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