Los reiterados, intensos y no programados racionamientos eléctricos que están azotando a la población venezolana y en específico a los larenses, suponen una tortura que, en principio genera una respuesta pasiva, pero que posteriormente puede desencadenar manifestaciones violentas, según explicó el especialista en psiquiatría, Marco Tulio Mendoza a Elimpulso.com
Tras ser consultado por el efecto que tiene en los seres humanos el quedarse constantemente sin un servicio básico como la electricidad, Mendoza expuso que el individuo pierde la esperanza al no poder programar su día ni tener dominio en el manejo de las circunstancias que le acontecen.
«Al saber a qué hora se llegará a casa, que encontrará agua, electricidad y comida, el individuo está mandando una información al cerebro de que existe un dominio de la circunstancia», desglosa el también profesor de la UCLA, quien indica que una persona que no cuenta con los servicios básicos y pierde la esperanza, es capaz de arriesgar su vida para ejecutar acciones como saqueos o protestas violentas.
El especialista considera que se está sometiendo a la población a los extremos finales de la agresión, por lo que es de esperarse cualquier conuducta antisocial. Por ejemplo, desde el inicio de la cuarentena social por la presencia del nuevo coronavirus en Venezuela, se han reportado saqueos en locales comerciales, peleas en estaciones de servicio por no poder surtir gasolina, y focos de protesta por falta de agua y gas en todo el trerritorio.
Todas esas manifestaciones tienen que ver con servicios públicos, considerados por la Organización Mundial de la Salud como básicos para la vida del ser humano. Sin embargo desde que se tomaron las medidas de distanciamiento social en el país, la crisis ya existente en todos esos servicios, se ha agravado principalmente por la falta de gasolina, sin mencionar las del sistema eléctrico que han generado incremento en el tiempo de suspensión del servicio, de 4 a 12 horas, al menos en Lara.
Recomendaciones van hacia el Estado
Las recomendaciones ante esta situación van más hacia quienes tienen el poder de administrar los recursos del país, pues, asegura el ex decano de la Facultad de Medicina de la UCLA, Marco Tulio Mendoza, el individuo puede controlar mentalmente la tortura en forma parcial, pero las consecuencias se sienten y se viven inevitablemente.
«Y lo que tiene el Estado para dar, no es la solución de problemas, que es su responsabilidad, sino la represión para mantener a las personas aisladas. Lo que debería hacer un gobierno responsable es poner todos los recursos en la solución de los problemas cotidianos de la gente y minimizar la corrupción en todos los niveles», destacó Mendoza.
A propósito de los apagones y los comportamientos violentos, es pertinente señalar que la noche del pasado lunes 18 de mayo, habitantes de la urbanización Sucre, en el centro de Barquisimeto, protestaron quemando cauchos y haciendo un cacerolazo, justamente después que les fue suspendido el servicio eléctrico. El motivo de la protesta es la falta de servicios públicos: Agua, electricidad, gas y gasolina.
No obstante la represión no se hizo esperar y fueron detenidos dos de los manifestantes. Todo este panorama hace más difícil para el venezolano enfrentar la pandemia mundial por el nuevo coronavirus, que ya ha cobrado la vida más de 300 mil personas en el mundo.