Los venezolanos son caracterizados por ser luchadores. A pesar de vivir en momentos de crisis y dificultades severas, siguen saliendo hacia adelante con la intención de resguardar a sus familiares.
Durante la cuarentena social por la pandemia de la COVID-19, los problemas en el país se han agravado: Las fallas en lo servicios públicos, como el gas, el agua y la energía eléctrica, son constantes, extensos y preocupantes; pero también, la falta de gasolina ha azotado de manera aguda a todos los venezolanos.
A pesar de que en Lara es permitido laborar en los horarios comprendidos desde las 7:00AM hasta las 3:00PM, la falta de combustible afecta de forma directa a las personas que viven sumamente alejadas de sus áreas de trabajo.
Este es el caso de Darwin Meléndez, quien vive en el norte de Barquisimeto, específicamente en el sector Andrés Bello, El Cují, pero trabaja en la zona centro-oeste de la ciudad, y al no tener gasolina en su vehículo, debe manejar bicicleta todos los días aproximadamente 12 kilómetros de ida, y la misma cantidad de regreso.
Meléndez explicó a Elimpulso.com que normalmente llenaba con gasolina el tanque de su carro cada tres días, por lo que se rehúsa a invertir dinero comprando el combustible a uno o dos dólares por litro, ya que prefiere destinar esa importante cantidad de dinero comprando alimentos para su familia.
Dijo que los traslados lo hace con una bicicleta sencilla, y se tarda entre 40 minutos o 1 hora en llegar. Comentó que su objetivo de cada viaje es vender algo en su negocio y traer comida de regreso a su hogar. «A veces traigo peso, me vengo con ese solazo, es fuerte. Llego con dolores en la espalda y las piernas. Y de paso, al llegar a la casa para intentar descansar, no tengo luz y a veces tampoco agua«, detalló.
También precisó que está expuesto al peligro, porque en alguna oportunidad se le espichó el caucho de regreso y tuvo que continuar a pie. «Me encontré con un ciclista y me dijo que están robando bicicletas, que en la semana se han llevado cinco. Los esperan, los cazan y se llevan la bicicleta«, expresó.
Por otra parte, indicó que ha notado lo mucho que ha cambiado su tono de piel por estar expuesto tanto tiempo al sol. Pero aseveró que al llegar a su casa, con distintos dolores, es recibido de buenas formas por su familia, inclusive, una de sus hijas lo atiende haciéndole masajes para que pueda sobrellevar mejor la molestia de su gran desgaste físico.