Beatriz estaba en su cuarto viendo Miraculous en Disney, canal 1312 de DirecTV, cuando de repente la señal se esfumó y apareció un mensaje diciendo que el espacio no estaba disponible. Llamó al papá alarmada. El le dijo que no se preocupara, seguro era algo momentáneo. Cambiaron a otros canales y en todos el mismo mensaje. Verificaron el saldo y estaban solventes con la compañía. Apagaron y prendieron el decodificador. Nada. La situación seguía igual. Desenchufaron el equipo y volvieron a conectarlo. Lo mismo. Ya Beatriz se había perdido el final de su serie favorita.
Minutos después, el papá de Beatriz vio en las redes sociales una noticia inesperada: Directv se va de Venezuela. No lo creyó en un principio. Los mensajes empezaron a llover en su teléfono. Un comunicado oficial de la empresa AT&T Inc. le hizo aterrizar en la realidad. Ahora Beatriz no sabe donde verá sus comiquitas favoritas ni su papá las películas y series que los mantenían entretenidos durante la cuarentena por la Covid-19. Una nota gris adicional en la Venezuela sumida en un agravamiento de la crisis de servicios públicos como agua y electricidad, aunada a una severa escasez de gasolina.
“Las sanciones del gobierno de Estados Unidos a Venezuela han prohibido la transmisión de los canales Globovisión y Pdvsa, los cuales se requieren bajo la licencia de DirecTV para proporcionar el servicio de televisión de pago en Venezuela”, reza el comunicado de la empresa AT&T Inc.
“Debido a que es imposible para la unidad de DirecTV de AT&T cumplir con los requisitos legales de ambos países, AT&T se vió obligado a cerrar sus operaciones de televisión paga en Venezuela, una decisión que tomó el equipo de liderazgo de la compañía en los Estados Unidos sin ninguna participación o conocimiento previo de DirecTV Venezuela”, se desprende del comunicado.
Con 2,3 millones de clientes y una participación en el mercado de la televisión por suscripción de 44%, Directv era una de las últimas empresas multinacionales estadounidenses que operaban en Venezuela desde hace 23 años.
Con cerca de 700 empleados que quedaron cesantes, la señal de televisión satelital era la principal aliada de los sectores más populares en Venezuela, donde no pueden llegar otras compañías y un refugio frente a las constantes y prolongadas cadenas del gobierno de Nicolás Maduro.
De acuerdo al periodista especializado en informática y telecomunicaciones, Fran Monroy, DirecTV despega de Venezuela por amenazas de Maduro.
“El 23 de enero de 2020 tenían que salir del aire Globovisión y Pdvsa TV por el tema de las sanciones impuestas a Venezuela. El gobierno se negó a que fueran expulsadas de la parrilla y no hubo acuerdo. Hubo amenazas de encarcelamiento a sus directivos”, dijo Monroy.
Para Iria Puyosa, investigadora en temas de tecnología, comunicación e información, el impacto del cese de operaciones de DirecTV en Venezuela es similar al cierre de RCTV, que en 2007 tenía cerca del 50% del mercado de televisión abierta y también era la opción preferida por los sectores populares.
“Es el proveedor con mayor capacidad de servicio en zonas con problemas de infraestructura como los barrios en áreas urbanas”, sentenció Puyosa.
La investigadora señaló que la partida de DirecTV limitará aún más el acceso a canales de información para la población venezolana.
“Desde 2014, Conatel había forzado a DirecTV a sacar de su parrilla a señales internacionales que fueran críticos al chavismo. Por estas acciones de censura más de una docena de canales habían dejado de estar disponibles en Venezuela como NTN24, CNN en Español, Caracol, RCN, Antena 3 y Natgeo, entre otros”, indicó Puyosa.
Sostuvo la investigadora que también el gobierno de Maduro pierde una plataforma para llevar sus canales de propaganda a un número importante de hogares que no cuentan con señal de TV abierta.
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, invitó a ver su programa Con el Mazo Dando por Youtube, mientras el presidente de La Tele, Esteban Trapiello calificó el cese de operaciones de DirecTV como una “sanción para los chavistas y opositores sifrinos”.
“No obstante, con las actuales limitaciones en la movilidad y en el flujo de información alternativa el impacto para el gobierno de Maduro no es tan crucial, dado que se han ido moviendo a mecanismos de información directa a través de la plataforma Patria y los comunicadores CLAP que controlan localmente el acceso a comida”, dijo Puyosa.
Dos millones en el aire
Para el periodista especialista en redes y tecnología, Luis Carlos Díaz, es imposible que otras empresas absorban a los clientes de DirecTV en Venezuela en el corto y mediano plazo.
“Pero además, entre esos dos millones de clientes muchos no pueden pagar lo que cuestan realmente esos servicios, y los otros operadores no van a operar a pérdida”, dijo.
Puyosa agregó que las otras empresas de TV paga en Venezuela padecen de falta de equipos, infraestructura y personal para afrontar una tarea de semejantes dimensiones.
Dijo igualmente la investigadora que el cierre de las operaciones de DirecTV puede originar una mayor demanda de conexiones a internet en búsqueda de información y entretenimiento, lo que podría reflejarse en peor servicio para todos los usuarios.
Colombia es complejo
A juicio de Luis Carlos Díaz la opción que tiene DirecTV de operar desde Colombia es cuesta arriba.
“Técnicamente puedes instalar tu kit de decodificador y operará, sobre todo en zona fronteriza. Pero tienes que contratarlo y pagarlo en Colombia, no tendrás servicio técnico y no tendrás los paquetes de canales venezolanos”, dijo Díaz.
Sentenció que jurídicamente es ilegal. “Estarías usando el espectro electromagnético regulado por el estado venezolano y administrado por Conatel, así que podrías ser sancionado o la señal puede ser interferida”.
De acuerdo a Fran Monroy, Colombia no posee un centro de transmisión como el de Venezuela. “Las señales de DirecTV Panamericana salen desde Caracas, ahora hay que ver qué va a pasar con eso”, enfatizó.
Indicó Luis Carlos Díaz que económicamente no es una opción para el grueso de la población. “Los paquetes pagados en Colombia no son asequibles para 90% de las familias venezolanas. Así que plantear soluciones de ese tipo es hablarle a la burbuja, no al país”.
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