Un llamado a alerta sobre profundización de la crisis socioeconómica que vive el país, formuló este lunes, a través de un comunicado, la Academia Nacional de Ciencias Económicas, en cumplimiento de su responsabilidad reglamentaria y ciudadana.
Recuerdan que la economía venezolana acumula seis años consecutivos de contracción, con niveles de un 70% menores a los del 2013, deterioro pronunciado de los servicios públicos, destrucción de la capacidad productiva de la industria petrolera en manos del Estado y reducción sustancial de la producción privada.
Las reservas internacionales se encuentran en sus mínimos históricos, el país está en una situación de cesación de pago de su desuda desde 2017, el descontrol fiscal y las restricciones financieras internacionales llevaron a una monetización descontrolada del déficit impulsando un proceso hiperinflacionario sostenido, a expensas de asfixiar al sector bancario nacional, anulando el proceso de intermediación financiera.
Hace referencia al financiamiento por parte del Banco Central al Gobierno, que recibió créditos que pasaron de 8,5% en el año 2000 a 59,5% en el 2019, proceso durante el cual nuestro signo monetario fue pulverizado y con ello su capacidad adquisitiva interna y externa, imponiéndose por la vía de los hechos, y de manera en extremo desordenada, un sistema de monedas múltiples.
Advierte la Academia que en este contexto no ha habido sector de la economía interna que haya escapado a los negativos efectos que han ocasionado la inestabilidad político-institucional y las deficientes repuestas de política económica instrumentadas por el Gobierno.
Ponen como ejemplo la producción agrícola que es apenas un tercio de lo que demanda el consumo nacional, siendo afectados además por la escasez de gasolina, dada la incapacidad de PDVSA de poder refinar su propia producción petrolera.
A estos factores hay que sumar las limitaciones para acceder al financiamiento externo, restricción que se ha profundizado con con las sanciones internacionales que le han impuesto un conjunto significativo de países a un régimen cuya legitimidad se cuestiona como consecuencia de la violación persistente de los derechos humanos, las agresiones a las instituciones democráticas y su asociación con los delitos del narcotráfico y la corrupción.
Señala la Academia que como resultado la población está sumida en niveles de miseria nunca vistos por las últimas tres generaciones, con salarios mínimos de menos de tres dólares mensuales, y con más de cinco millones de emigrados impulsados en su mayoría por mecanismos de sobrevivencia.
Esta situación se agrava ante la pandemia del Covid-19, dada la vulnerabilidad de la población por su pobreza y desnutrición, y una situación sanitaria y hospitalaria sumamente precaria, producto de tantos años de desidia y corrupción.
Advierten que la pandemia exige al Estado, además de prestar atención a la salud pública, prever la estratega global y as políticas económicas a emprender para enfrentar la situación de estancamiento económico con inflación. En tal sentido, señalan que el gobierno está haciendo lo contrario, se impone una mayor presión tributaria a la ciudadanía y se colocan nuevas exigencias contables.
Asimismo, se retoma la perniciosa política de controles de precios y restricción de permisos de distribución de alimentos, retornando al riesgoso contexto de desabastecimiento de años recientes, estimulando la aparición de mercados informales con precios inaccesibles y una distorsión todavía mayor de los mercados internos.
“La gravedad de la situación reclama un gobierno capaz de concertar los apoyos internacionales necesarios para enfrentar exitosamente la pandemia e instrumentarlas medidas requeridas para sacar a Venezuela de la profunda depresión que deprime los niveles de vida de la población.
La situación venezolana es crítica y harto compleja, su superación exige desarrollar un programa de profundas reformas estructurales y políticas económicas que permitan estabilizar las variables macroeconómicas fundamentales.
Avanzar en esta dirección exige un sólido respaldo de la sociedad y un compromiso del liderazgo político que va mucho más allá de las agendas político-partidistas y las apetencias personales. Esta corrección de rubro permitirá la construcción de una Venezuela próspera e inclusiva”, señala el comunicado de la ANCE.