Maracaibo es conocida como la «tierra del sol amada», aunque muchos prefieren decir que es «la tierra amada por el sol».
Es una de las regiones con la temperatura más caliente del país, donde pueden alcanzar fácilmente los 40 grados centígrados, con sensaciones térmicas capaces de ocasionar daños a la salud.
En esta época del año es cuándo comienzan a sentirse el calor y la humedad que sofoca y aumenta el sufrimiento de los marabinos, cuyo único refugio es el aire acondicionado.
«Es una pesadilla», comenta Dalia Rivero de 43 años, residente del sector San Miguel. «El calor es insoportable y con los cortes eléctricos es peor».
La ama de casa dice que por su sector los cortes de electricidad son de entre seis y ocho horas. «Hemos llegado a estar más horas sin el servicio eléctrico. En mi casa hay tres aires acondicionados, pero tenemos días que no los encendemos porque nos da miedo que se dañen en uno de sus bajones que hay durante el día».
«Por eso usamos ventiladores, pero eso no baja el calor porque a veces parece que lo que echan es fuego».
Similar situación describe José Ramírez de 35 años, quién reside en las inmediaciones de la circunvalación 2.
«Con nosotros vive mi abuela de 83 años, ella sufre de la tensión y no puede estar aguantando estos calorones que hacen. En su cuarto tiene aire acondicionado que pasa casi todo el día encendido, pero a veces lo apagamos por temor a que se dañe por un bajón eléctrico».
Muchos son los usuarios que reportan racionamientos de entre seis y ocho horas. Hay zonas que sufren dos cortes de electricidad durante el día.
«Los peores cortes de luz son de madrugada», dice un usuario consultado y quien vive en la Urbanización La Victoria, segunda etapa.
«Estas dos últimas semanas hemos tenido cortes desde las 9.00 de la noche casi hasta las 3.00 de la madrugada. El calor es insoportable y los zancudos hacen de las suyas. Esto no es vida».
«No podemos darnos un baño para refrescarnos porque no hay agua, tampoco poner a enfriar un poco para tomar porque a cada rato hay bajones. Todo es un problema», comenta un vecino del sector Cumbres de Maracaibo.
Los nuevos accesorios de los hogares marabinos
Durante el mega apagón que se registró en marzo del 2019, muchos hogares en el Zulia pudieron aguantar la situación porque tenían plantas eléctricas funcionando y pudieron hacer uso de ventiladores, bombillos y lamparas recargables durante la noche.
Alberto Gutiérrez ofrece en venta material eléctrico. Cuenta que luego del apagón estos artefactos recargables fueron los más solicitados por las personas en Maracaibo.
La adquisición de estos accesorios más que una moda se convirtió en una necesidad.
«La gente comenzó a comprar luego de la experiencia de pasar noches sin tener algo con que poder mantenerse fresco. Muchos invirtieron plata comprando para sus casas, incluso hasta empresas los adquirieron».
Sin embargo, recuerda que después de un buen tiempo la gente se calmó con eso y las ventas disminuyeron un poco. «Siempre se hacía alguna venta pero no con la misma cantidad que al principio».
Ahora con la llegada de la temporada de calor y el aumento de los cortes eléctricos en gran parte de la ciudad, la solicitud de estos equipos han regresado.
«A diario atiendo vía WhatsApp por lo menos a 15 o 20 personas que preguntan por los precios y la disponibilidad de ventiladores recargables», comenta Elena Sarmiento quien ofrece los mismos a través de una tienda virtual.
«Están los ventiladores que son de mesa y de pie. Diferentes modelos y precios. El costo depende del modelo», precisa.
Estos aparatos que ahora se han vuelto indispensables en muchos hogares marabinos pueden tener un tiempo de uso de entre 4 y 17 horas. Algunos modelos incluyen luces y hasta radio. Los precios de los mismos oscilan entre 40 y 90 dólares. Según el modelo que se busque.
«En mi casa ya tenemos cuatro ventiladores recargables que nos han salvado de las noches calurosas y los zancudos», cuenta Marco Espina de 23 años, quien vive en el sector Amparo.
«Los cuidamos mucho porque ya están un poco más caros y no se pueden estar comprando a cada rato. Nosotros tenemos aire central pero solo lo prendemos un rato para que se refresquen las habitaciones y después lo apagamos por precaución».
«Con tanto calor que está haciendo y tampoco podemos salir a comernos un cepilladito o a tomarnos una agüita de coco por la cuarentena», comenta Rómulo Herrera de 66 años, residente del sector La Pastora.
A los racionamientos eléctricos se suma el inicio de la temporada de calor, que en plena cuarentena viene a complicar un poco más la vida diaria de los marabinos.
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