A parte de lidiar con la crisis general que padece el país, los abuelos venezolanos deben también sobrellevar la cuarentena social por el brote del nuevo coronavirus, situación que puede causar efectos negativos en sus emociones puesto que se alteran sus rutinas diarias.
La psicólogo barquisimetana, Margaret Khawam, quien es especialista en el área de adultos mayores, sostiene que la población de la tercera edad “se ve altamente comprometida y afectada en todas sus áreas tanto física, psíquica y emocionales, debido a la alteración y modificación de rutinas a las que ya se encontraban adaptados”.
Indica que mantener ocupado en casa a un abuelo no es tarea sencilla para familiares o cuidadores encargados, ya que existen factores que distraen o lo desestabilizan frecuentemente.
“El encierro conlleva a una alteración en áreas generales, pero sobre todo del ciclo circadiano del sueño el cual, que de forma natural empieza a invertirse con la edad (dormir de día, mantenerse despierto de noche), a su vez detonan o se incrementan episodios de ansiedad, angustia, tristeza, descompensando el estado de ánimo, y eso se refleja en síntomas de agresividad, apatía, o incluso malcriadez”, explica Khawam, quien recalca la importancia de la buena labor que debe ejercer el cuidador.
Pero, ¿Qué medidas se deben tomar para cuidar la salud emocional de un adulto mayor?
La licenciada reiteró que la atención es primordial y debe ser acorde al cuadro emocional que el abuelo presente.
“Está en el cuidador o en este caso el familiar manejar la rutina, adaptarla, modificarla o incluso cambiarla por completo para mantener al adulto mayor estable. Lo más recomendable es, que el abuelo sea involucrado (de no presentar ninguna dificultad, discapacidad física) en todas las áreas. Debe ser estimulado cognoscitiva, emocional, y socialmente”, expuso la especialista.
Indicó además que entre las actividades que se pueden incluir a los abuelos están los juegos didácticos familiares, las lecturas, la interacción familiar, entre otros. Instó que también debe existir un horario concreto para cada rutina diaria, como la hora de levantarse, desayunar, realizar actividades, almorzar, recrearse, cenar y dormir.
No obstante Khawam advierte que «aquellos abuelos, que presentan limitaciones físicas, o presentan un deterioro cognitivo severo, por seguridad no deben ser involucrados en dichas actividades que requieran esfuerzo físico para evitar accidentes que comprometan más su estado de salud. En ellos, las actividades deben ser bajo supervisión y de preferencia con poca exigencia de actividad física».
¿Qué efectos negativos surgen al no tomar medidas a tiempo?
Para la profesional en psicología, no tomar medidas con antelación puede generarle al abuelo angustia, tristeza, agresividad o manía.
“Si lo dejamos pasar pueden pasar a ser un trastorno. En cualquiera de los casos, deben recibir ayuda de un especialista en el área (psicólogo, terapeuta ocupacional y psiquiatra), si lo amerita, que pueda orientar e involucrar a la familia en el proceso terapéutico para que el pronóstico de mejora sea positivo y eficaz”.
Paciencia familiar
Con la presencia de una persona de la tercera edad en casa debe incrementarse la tolerancia, dedicación, respeto, tiempo y apoyo, ya que esto les genera mayor motivación y seguridad al abuelo para mantenerse proactivo, alegre y menos inestable, indica Khawam.
«El sentirse necesario o involucrado en el núcleo familiar refuerza aspectos positivos y disminuye o elimina aspectos negativos, esto es uno de los predictores de longevidad. Existen estudios que demuestran que las personas mayores que se sienten necesitadas por los suyos suelen vivir más y con mayor calidad de vida. Es por ello, que el familiar debe ser informado adecuadamente, orientado e involucrado en el cuidado de las personas de la tercera edad», puntualizó.