Docentes dependientes de la Gobernación del Táchira y también del Ministerio del Poder Popular para la Educación han recibido, presuntas, amenazas telefónicas y vía WhatsApp por parte de sus superiores, quienes les indican que les suspenderán el cobro de sueldo y del bono de alimentación si no cumplen con el envío de la programación en línea y la evaluación de la totalidad de sus estudiantes.
Profesores de escuelas estadales denunciaron que fueron sorprendidos la primera semana de mayo con una cadena de WhatsApp que indica textualmente: “Por órdenes de la supervisora los docentes que no enviaron planificación y actividades pedagógicas a los niños de la institución se les suspenderá el sueldo y cesta ticket. A partir de la otra semana estaremos en la escuela para recibir a los docentes que tengan dudas en cuanto a planificación, y el manejo de la página Guaicaipuro”.
Indicaron los maestros, que prefieren no ser identificados por temor a represalias, que algunos de sus colegas no han podido cumplir estrictamente con la programación semanal debido a los múltiples obstáculos tales como fallas en la energía eléctrica y falta de equipos como computadora o teléfono inteligente, pero además recordaron que su salarios no superan el millón de bolívares y de manera incomprensible los amenazan en medio de la adversidad.
Igualmente indicaron que se presenta un fenómeno en las instituciones privadas, y es que los padres y representantes no están cumpliendo con el envío de las asignaciones que se les hacen a los niños, ya que tampoco disponen de todas las herramientas para enviar varios videos y fotos del trabajo desarrollado por el niño durante la semana, y a distancia se imposibilita que los maestros puedan presionar u obligarlos a que hagan esas entregas, situación que tampoco comprenden directivos y supervisores.
Gerardo Ramírez, presidente de Federación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza en Venezuela (Fenatev), señaló que el panorama generado por la COVID-19, sumado a la tragedia económica y social de los venezolanos, han traído consigo esta situación dramática que se ha presentado en el caso del magisterio tachirense, cuando los patronos se habrían dedicado a perseguir sin tomar en cuenta las numerosas limitaciones que tienen los trabajadores de la educación.
“Vemos cómo la Zona Educativa no cesa su política de persecución, de amedrentamiento e intimidación a los docentes del Táchira, por cuanto se conoce la situación de la región por la falta de los servicios públicos; en este caso las fallas permanentes de energía eléctrica que no permiten que el personal cumpla por completo con las actividades pedagógicas y las asignaciones que deben enviarle a los niños, niñas y adolescentes. Hay maestros que no tienen teléfonos inteligentes, y otros que no pueden poner saldo a cada momento para gastar ese recurso en trabajo, porque el dinero no les alcanza ni para comer”, advirtió Gerardo Ramírez.
Recordó el dirigente magisterial que hay un decreto de inamovilidad laboral, pero que además hay condiciones especiales en el país por la pandemia y el aislamiento social obligatorio, razón por la cual hizo un llamado al Defensor del Pueblo, para que se vele por los derechos de los trabajadores, y se estudie seriamente la propuesta de extender la culminación del año escolar.
Así mismo expresó el presidente de Fenatev su rechazo contundente a la política de persecución en contra de los trabajadores de las escuelas y liceos, cuando están pasando hambre y miseria con un sueldo que no alcanza ni para comprar un kilo de carne y una harina pan.
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