El pasado 23 de abril, en el centro de Upata, estado Bolívar, se escucharon detonaciones. Por las calles, hombres y mujeres corrían con lo que tenían en las manos: paquetes de harina de maíz, harina de trigo, pasta, botellas de leche. Habían saqueado al menos cuatro comercios de alimentos que quedaron desperdigados por el suelo. Cerca de allí, un hombre quedó tendido en el pavimento con un hilo de sangre. Era la huella que le habían dejado los dos impactos de bala en su cabeza. La mancha quedó en el piso incluso después de que se lo llevaron. Con tiza, alguien escribió en la vía: “Murió X hambre. Polipiar”.
Charli Antonio Núñez Palma, de 29 años, fue la primera –y hasta ahora única- víctima fatal de los saqueos que se desencadenaron durante la cuarentena que comenzó el pasado 16 de marzo y que ordenó la administración de Nicolás Maduro para frenar la propagación de la covid-19 en el país. Pero antes de que lo matara un funcionario de la Policía Municipal de Piar, ya en Venezuela habían ocurrido al menos 14 saqueos e intentos de saqueo tanto a comercios como a camiones en días de pandemia.
De acuerdo con la base de datos de Runrun.es sobre estos eventos, en los primeros cincuenta días de cuarentena que se cumplieron este lunes, 4 de mayo, en el país se produjeron 18 saqueos y 10 intentos de saqueo en 10 estados.
Las cifras recolectadas también arrojaron que durante estos hechos 158 personas fueron detenidas, mientras 14 resultaron heridas.
Los saqueos de Upata, así como otros ocurridos durante la misma semana, fueron supuestamente motivados por el alza del precio de los alimentos, debido a la subida del dólar que se había registrado en los últimos días (pasó de 140.000 a más de 200.000 Bs. en apenas cuatro días).
Aunque Nicolás Maduro no se refirió a estos eventos en ninguna de sus alocuciones, el vicepresidente sectorial para la Economía, Tareck El Aissami, anunció la aplicación de un “plan nacional de fiscalización cívico-militar” contra la especulación, así como la publicación de una lista de precios acordados de los rubros básicos de alimentación.
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional y encargado de la República, Juan Guaidó, se pronunció varias veces sobre los robos masivos y adjudicó a Maduro la responsabilidad de lo sucedido. Un día después de que asesinaran a Núñez Palma, escribió en Twitter: Venezuela no es Caracas, usurpador. El hambre no sabe de cuarentena. Aunque seas un asesino y tu dictadura insista en ocultarlo, se agrava la crisis por el hambre y el desespero. Esta lucha es indetenible.
¿Dónde ocurrieron?
La entidad más afectada por estos asaltos masivos es Zulia, donde han sucedido cuatro saqueos y tres intentos. Los objetivos allí siempre han sido los camiones de comida. En total, siete personas han sido encarceladas.
En Bolívar, donde mataron a Núñez Palma, hubo tres saqueos y un intento: aquel 23 de abril, un grupo de personas trató de hacer un robo masivo a un comercio en Ciudad Bolívar, mientras que esa noche y en la madrugada del 24 de abril, se registraron saqueos en abastos de Puerto Ordaz y San Félix. En este estado también se reportó el mayor número de detenidos en medio de estos hechos: 67. La mayor parte de los arrestos ocurrió en Upata. Hubo también seis heridos.
En este conteo sigue Nueva Esparta como la tercera entidad con mayor cantidad de actos vandálicos de este tipo. Allí se han ejecutado dos saqueos y dos intentos. El más difundido fue el ocurrido el pasado 26 de abril en el Hotel Portofino, en Manzanillo, de donde se llevaron desde neveras hasta colchones. Ese día detuvieron a 30 personas. En otro incidente, hicieron los propio con 14.
En Sucre ocurrió otro de los eventos más comentados en los últimos 50 días: en Cumanacoa, los pobladores saquearon al menos seis abastos del pueblo. Ahí fueron heridas siete personas, dos de ellas de bala. En ese mismo estado asaltaron un depósito de los Consejos Locales de Producción y Alimentación (CLAP) en Río Caribe, y también se perpetró un intento de saqueo en Cumaná. En medio de todos los hechos, allá han sido arrestadas 30 personas.
Mientras, en Anzoátegui hubo dos saqueos dentro de la capital: Barcelona. En Monagas y Miranda se produjeron un saqueo y un intento en cada estado. El resto de los estados afectados por estos eventos fueron Falcón, Apure y Aragua.
Hasta ahora, los robos masivos han afectado a 36 puntos distintos, entre camiones, los cuales han sido atacados en 13 oportunidades; una veintena de abastos y supermercados, así como mercados municipales, galpones y hasta hoteles.
En todos estos eventos, la fuerza del Estado que más ha actuado ha sido la Guardia Nacional (GNB), que ha intervenido en procedimientos en al menos siete entidades. En cuatro oportunidades, este componente de la Fuerza Armada ha participado junto a fuerzas civiles, como policías regionales o municipales. Las primeras, por cierto, han operado en medio de seis saqueos o intentos de saqueo.
Llama la atención que por lo menos en dos de los robos masivos reportados, las fuerzas de seguridad no hayan hecho nada pese a estar en el lugar. Esto sucedió con dos camiones que fueron asaltados cuando se detuvieron en alcabalas de la GNB tanto en San Fernando de Apure como en Guajira, en Zulia. Se desconoce la actuación de militares o policías en 12 de los saqueos o intentos de saqueo sucedidos en los primeros cincuenta días de la cuarentena.
Los saqueos ocurrieron en medio de un clima de disconformidad que en marzo pasado se tradujo en 580 protestas, equivalentes a 19 manifestaciones diarias, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. La organización indicó que 55% de estas movilizaciones estuvo relacionada con la escasez y la distribución de gasolina a nivel nacional, la restitución urgente de los servicios básicos, dolarización del salario y dotación de hospitales en medio de la emergencia de la covid-19.
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