A través de un comunicado, Carolina Girón de Prado, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), rechazó los hechos violentos registrado el pasado viernes 1 de mayo en el Centro Penitenciario de los LLanos (CEPELLA), donde fallecieron más de 50 privados de libertad.
En el oficio, la ONG expresó sus condolencias a los familiares de los presos que perdieron la vida a manos de las personas encargadas de su custodia y protección en nombre del la administración de Nicolás Maduro.
Aseguraron que de acuerdo a versiones recogidas en el sitio, los internos reclamaron la no recepción de los alimentos que sus familiares llevaron al centro penitenciario, la cual se encuentra presuntamente, retenida por los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), hecho que los motivó a acercarse a la cerca que divide el área administrativa de la prevención y autoridades, para reclamar este bochornoso hecho, recibiendo a cambio disparos contra su humanidad.
También rechazaron las tesis de la fuga, revuelta, pelea o motín entre los internos, así como también el enfrentamiento con los custodios de la cárcel, esgrimidas desde el Ministerio del Poder Popular de Servicios Penitenciarios, por cuanto ningún recluso fue encontrado en las afueras del penal.
«Todos murieron o resultaron heridos dentro de las instalaciones del centro penitenciario, es decir, fueron masacrados por disparos provenientes del personal uniformado, que dado el alto número de víctimas muertas o heridas, es evidente la desproporcionalidad de reacción utilizada por los funcionarios hacia los presos», dice parte del comunicado.
en otro párrafo puntualizaron que «Resulta forzoso informar que el Centro Penitenciario de Los Llanos tiene una capacidad instalada para 750 reclusos, sin embargo, para el momento de la tragedia se encontraban 2.500 personas privadas de libertad en el recinto, que de acuerdo a estándares internacionales implica un 333% de hacinamiento crítico, el cual se agrava en la actualidad, al no cumplirse los requisitos mínimos para evitar la propagación de la Covid-19, tales como el uso de tapabocas, guantes, y desinfección de los espacios físicos.