Desde las 6:00 a.m. hasta poco más de las 11:00 a.m. estuvo la señora Delia Figueroa en la parada de Tamaca, esperando una unidad de Transbarca para poder trasladarse hasta la Farmapatria más cercana, a fin de retirar Atorvastatina de 40mg que requiere para su tratamiento crónico.
La señora, quien portaba su tapaboca, vive en Tacarigua, y camina 3 kilómetros hasta la vía Cordero, donde pidió la cola hacia Tamaca. Al llegar a la parada de Tamaca, tuvo una infructífera espera de cinco horas; «para regresarme a mi casa me va a costar mucho», agregó la señora.
La señora Delia solo obtuvo cansancio y frustración como producto de su salida, pues la medicina le sigue faltando. Como ella, docenas de moradores de la zona norte de Barquisimeto, quienes deben caminar largas distancias para intentar subirse a un autobús de Transbarca, que son los únicos autorizados para circular durante la cuarentena por la COVID-19.
Es importante señalar las aglomeraciones de personas que se están suscitando en las paradas del norte, este y oeste de Barquisimeto, además de las de Cabudare, mientras esperan el transporte público, y en las que no se respeta la distancia mínima entre cada persona.
A esto se le suma la poca afluencia de transporte, no solo por las medidas de distanciamiento soscial a raíz de la pandemia, sino por la falta de gasolina y gasoil que se ha recrudecido en todo el país desde el mes de marzo.