Los saqueos a establecimientos de alimentos, en varios estados del país, registrados en medio de la cuarentena para impedir posibles contagios de la pandemia de la Covid-10, son consecuencias de las medidas oficialistas que fueron tomadas, sin prever el alcance de las mismas.
La Red Humanitaria del estado Lara, en el mes pasado, lo había advertido, en vista de los problemas del agravamiento de los servicios básicos, declaró para Elimpulso.com, el sociólogo Nelson Fréitez, profesor de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).
A la falta de agua, electricidad, gas doméstico, gasolina y transporte, el régimen le sumó un agobio más: la restricción de movilidad a la población como medida para evitar posibles contagios del coronavirus Covid-19.
Pero, sin tomar en consideración que se dejaba sin sustento alimenticio a millones de personas que viven al día y no tienen alternativa alguna para paliar sus dificultades.
Es así como espontáneamente estalló la protesta en la calle y en momentos de desesperación se produjeron en Sucre, Bolívar, Nueva Esparta, Barinas y otras partes los saqueos a establecimientos de víveres y carnicerías, repitiéndose como respuesta la represión a tiros con saldos trágicos de muerte y lesionados, además de detenciones en las cuales no faltaron las agresiones.
Al decidirse mantener la reclusión obligatoria a la población, no fue adoptada ninguna disposición para procurarle alimentos a las familias que no pueden salir a buscar el pan de cada día, ni mucho menos pensar que los precios de los comestibles aumentan en forma constante al vaivén del dólar, dijo.
De modo, pues, prosiguió el entrevistado, que el responsable de lo sucedido es el propio régimen, ya que no midió las consecuencias del agotamiento a que ha sido sometida la población por el encierro, el impedimento de trabajar y la imposibilidad de poder tener algo para comer en el peor momento de la crisis que vive la inmensa mayoría de la gente.
