La paralización del sector productivo y comercial del país se ve aún más afectada por los anuncios de control de precios por parte del Estado. Con la nueva medida empresarios quedan más asfixiados y con menos posibilidad de respuesta.
El control de precios lejos de arreglar las causas del problema solo atiende las consecuencias y genera mayores problemas económicos en el país, recordó el economista e investigador de Cedice Libertad, Oscar Torrealba.
El incremento de precios no es consecuencia del sector privado, sino de la monetización del déficit fiscal realizada por el Estado para asumir los pasivos inherentes a la crisis pandémica.
Torrealba advierte que los precios seguirán variando dependiendo de las necesidades del mercado y las medidas que tome el Estado. “Los precios no dependen de la voluntad del legislador, depende de la dinámica del mercado y de la dinámica que el gobierno y teniendo a disposición el Banco Central de Venezuela, que no es autónomo, hagan”.
Recalcó que para ayudar al comerciante se debe garantizar el suministro de combustible y la disminución de la presión fiscal, pero duda que ocurra por la caída de los ingresos por conceptos petroleros.
Comerciantes responsables de todo
Luis Arturo Núñez, presidente de la Cámara de Comercio de Industria de Caroní, señaló que los precios acordados solo generan mayor incertidumbre de las que ya había generadas por la falta medidas oportunas en materia económica desde el inicio de la cuarentena.
Para Núñez si el gobierno quiere garantizar el suministro de alimentos a la población, debe de generar condiciones de apertura y crecimiento y no de restricción contra el empresario privado. “Tú no puedes pretender que el sector comercial sea el responsable de los errores que como gobierno has cometido en las políticas económicas que aplicaste”, dijo.
Piensa que la toma de decisiones en el país debe ir de mano de especialistas de cada área, ya que los controles que se han aplicado sólo generan mayores inconvenientes al sector privado, pero sobre todo a los trabajadores y consumidores que dependen del mismo.
El sector privado es fundamental en la mejora de la economía, por eso los controles y fiscalizaciones son un búmeran: “Cuando tú me pides a mí que como empresario venda a una tasa de cambio en la cual no obtuve esa moneda, tú lo que me estás pidiendo es que yo subsidie la diferencia que existe entre cómo se encuentra el dólar en la calle, y cuál es la referencia que tú tienes a través del Banco Central”, cerró.
Empeorar crisis agroalimentaria
Octavio Páez, vicepresidente de la Asociación de Ganaderos de Piar y miembro de la Cámara Nacional de Carnicerías, señaló que los costos de producción de alimentos son mucho mayores que los precios establecido por el Gobierno nacional. “Nosotros vamos a cualquier tienda agropecuaria, a cualquier ferretería a adquirir los insumos para la producción agropecuaria y todos no los cobran a tasa paralela, no hay un establecimiento donde uno vaya y pague a tasa del Banco Central de Venezuela”, señaló Páez.
Para el productor la responsabilidad del acceso a los alimentos pasa por mejores medidas económicas por parte del Estado que no recaigan del todo sobre el sector privado. “No somos los productores, no somos los distribuidores, ni los carniceros los que tenemos que acomodar el poder adquisitivo a los venezolanos”, aseguró.
De acuerdo con el productor agropecuario cerca del 80% de sus colegas han preferido dejar de ir a las fincas al no ser rentable. “Una pimpina de 70 litros te pasa de los 200 dólares”, denunció Páez. Para el vicepresidente de Asogandipiar el Estado no incluye estos costos en el listado de precios ni permite un surtido normal para la distribución de los alimentos.
Indicó que las medidas desconocen todo el proceso de producción y distribución de los alimentos, que varía dependiendo de la zona. Recalcó que desde las unidades de producción alimentos como el queso puede costar de 3 a 4 dólares el kilo, pero este va incrementando de acuerdo a la distancia que tenga que recorrer y el combustible que se consuma.
Además de los insumos, repuestos y vacunas, señala que el pago del personal también es un costo que deben agregarle a cada producto. Al ser insuficiente el salario mínimo establecido por el gobierno terminó optando por pagar salarios entre 30 y 120 dólares dependiendo el cargo de cada trabajador.
Según Páez, el kilo de carne cuando sale del matadero ya tiene los costos anunciados por el Estado: 2,40 dólares, por lo que no puede establecerse ese como el precio final ya que el traslado y la ganancia de los carniceros también debe agregarse. “Si hay una distorsión de alguno de los eslabones lo resultados son catastróficos”, cerró.
Para el lunes en los mercados y establecimientos de Puerto Ordaz, alimentos como la carne de res se podía encontrar en 700 mil bolívares, el cartón de huevos en 740 mil y el kilo de queso a un costo de 940 mil bolívares, alejados del nuevo salario mínimo de 400 mil bolívares anunciado por el gobierno y de los precios acordados que se establecieron sin incluir los costos y ganancias de los comerciantes y productores.
Lea más noticias en www.correodelcaroni.com