Lo que podría considerarse como una bomba de tiempo, explotó el lunes en el municipio Urdaneta del estado Lara, concretamente en la estación de servicio “El Águila”, ubicada en el barrio Italia, cuando se alzó un grupo de motorizados para exigirle al Alcalde Luis Ladino que gerencie la distribución de gasolina sin discrecionalidad y con medidas que realmente atiendan a la población durante la pandemia por la COVID-19.
Según información obtenida por el equipo periodístico de Elimpulso.com la situación viene gestandose desde el viernes 17 de abril, cuando los citados motorizados comenzaron a hacer la cola para surtir combustible; sin embargo los funcionarios de la Guardia Nacional que custodiaban la estación de servicio, les exigieron que se retiraran.
Luego de tres días intentando conseguir la gasolina y de numerosos encuentros violentos entre pobladores y funcionarios de seguridad, este lunes los motorizados lograron reunirse con al Alcalde Luis Ladino, quien llegó al sitio y posteriormente resolvieron distribuir los 4000 litros de gasolina que quedaban, entre los presentes, a razón de cinco litros por moto y 20 litros por cada vehículo pequeño. No se incluyeron 40 camionetas que había en la cola, por la mayor demanda de su tanque.
A través de las redes sociales circularon videos que documentaban lo ocurrido en la referida estación de servicio, los cuales compartieron dirigentes políticos de Lara.
Sustracción nocturna
Presuntamente, durante la madrugada, llegan camiones tipo 750 con pipas y bidones en los que sustraen la gasolina para revenderla, según declaró a Elimpulso.com una fuente que presenció el hecho y que pidió permanecer en el anonimato por temor a represalias.
Sobre la misma situación, la dirigente de la organización Transparencia Ciudadana, Marisol Bustamante, dijo a Elimpulso.com que la noche del domingo 19 de abril, personas inescrupulosas intentaron quemar la estación de servicio El Aguila, que es considerada la segunda de poblado de Siquisique. Sin embargo, y por fortuna, personas de la misma comunidad lograron apagar las llamas usando tierra, “porque ese es un municipio sin agua”, contó Bustamante.
“Pero la situación del lunes es una consecuencia de una molestia que se viene presentando porque las autoridades regionales y organismos de seguridad han manejado a su discreción la distribución de gasolina”, dice Bustamante, quien refirió que en la parroquia Siquisique hay 500 caseríos, cuyos habitantes deben bajar en moto hasta la zona urbana para poder proveerse de alimentos y artículos de primera necesidad. Para hacerlo, requieren gasolina, debido a las largas distancias que deben recorrer.
Destacó además que funcionarios de la GNB niegan la gasolina a ambulancias y personas que requieren trasladar fallecidos hasta el cementerio, situación que ha generado el traslado de cuerpos sin vida en hombros de sus familiares para poder darles cristiana sepultura.
«Tenemos hambre, aquí vivimos del día a día»
La señora Yolanda Palmera contó su situación. Dijo que después que su hijo logró surtir la moto con gasolina, pudo hacer un negocio y enviarle un trozo de queso y una harina, entonces ella y sus nietos pudieron comer antes de que cayera la noche.
Como Palmera hay centenares de familias en Siquisique, quienes viven de la venta diaria del fruto de la tierra, como hortalizas, frutas y cocuy; sin embargo la cuarentena social hizo que se desplomaran los ingresos que obtenían por lo que hacían día a día.
Palmera tiene un modesto negocio, en el que no recibe gente desde que inició la cuarentena. De la misma forma, su bolsillo no recibe dinero y, en consecuencia, los alimentos tampoco llegan a su cuerpo.
Esta es la situación que reflejan los pobladores de Siquisique, quienes se consideran olvidados por las autoridades de Lara en cuanto a los sectores alimentación, salud y servicios públicos.