Medianálisis, organización dedicada a la capacitación y al estudio sistemático de los medios de comunicación y el periodismo, documenta la crisis que golpeó a los medios impresos en Venezuela. El Impulso contó su historia en la voz de Gisela Carmona
Para la directora de ElImpulso.com, Gisela Carmona, creer que era un problema solo de El Impulso fue un error, “venían por los impresos”.
“El cierre de El Impulso creó no sólo un vacío de información, sino la afectación de toda una cadena de factores y personas involucrados en el proceso», advirtió Aura Rosa Matheus, secretaria general del CNP-Lara
En el Editorial del 10 de febrero de 2018 anunciaban que, luego de 114 años de existencia del Diario EL IMPULSO, la falta de materia prima, “nos obliga a suspender de forma indefinida nuestra edición impresa”.
Este cierre tendrá un impacto con consecuencias incalculables a la libertad de expresión y de prensa, advertía también el texto editorial de ese día en una suerte, quizás, de anuncio predictivo de lo que hoy nos dibuja el desolador panorama del otrora más influyente sector de los medios de comunicación en nuestro país.
Aun en ese difícil momento insistieron, sin embargo: “Seguiremos luchando desde cualquier espacio que consideremos trinchera, y así, poder mantener informados a nuestros consecuentes lectores del acontecer diario. Seguiremos siempre en defensa de la verdad y de los valores democráticos, seguiremos siendo la voz de la ciudadanía, a quien nos debemos desde nuestra fundación”.
Carlos Carmona, presidente de la C.A. El Impulso, advirtió ese mismo año que ya tenían cerca de cinco años batallando con las dificultades de acceso al papel, provocando la suspensión temporal de la edición en papel y teniendo que refugiarse “en las trincheras de las redes sociales”.
“los medios que son incómodos para el Gobierno los van borrando del mapa”
Carlos Eduardo Carmona, presidente de El Impulso
Lo veíamos venir
El vicepresidente regional para Venezuela y directivo de la Sociedad Interamericana de Prensa por el diario EL IMPULSO, Asdrúbal Aguiar, ya en 2015 alertaba durante una reunión periódica del organismo panamericano sobre “una suerte de criminalización y judicialización” de la libertad de expresión y de “penalizar a toda persona que exprese a una opinión distinta al gobierno o disienta”.
La tarea periodística –eje fundamental de la vida democrática– se torna en empresa de alto riesgo, en la opinión expresada por Aguiar sobre lo que describió como “una hora de asfixia casi total de la libertad de expresión y prensa en Venezuela. La hegemonía comunicacional de Estado es un hecho consumado”.
“La tarea periodística –eje fundamental de la vida democrática– se torna en empresa de alto riesgo”
Asdrubal Aguiar, vicepresidente regional para Venezuela de la SIP
Ciertamente, en un extraordinario ejercicio de resumen de los eventos que acompañaron al cese de la edición impresa, Gisela Carmona, hoy directora de ElImpulso.com, comentó que todo este proceso que les tocó vivir “lo veíamos venir por el discurso del régimen” y por la secuencia de eventos que había iniciado años antes de cierre progresivo de los medios radioeléctricos. “La embestida siguiente era por los medios impresos, porque se veía que necesitaban la hegemonía comunicacional”.
Nos es más que otra demostración de la extinción “provocada”, de forma anticipada, de los medios impresos como consecuencia de acciones deliberadas de construcción del “hegemón comunicacional” sobre el cual habló el profesor Jesús Urbina de la Universidad del Zulia, cuando tratamos el caso del diario zuliano Panorama.
Según explicó Carmona, al principio se dijo que El Impulso vivió la experiencia que “nosotros mismos estábamos generando”, que era por la línea que teníamos o los editoriales que publicábamos, pero que al dar hoy una vuelta y miras 360° nos damos cuenta que las víctimas íbamos a ser todos, “no hay ningún otro medio circulando tampoco, ni los de quienes en ese momento fueron nuestros críticos”
En un primer momento estábamos solos. Una primera embestida fue contra El Nacional, el Nuevo País y El Impulso. Creer que ero solo un tema de El Impulso por los editoriales y la línea que tenían, y que por eso eran las víctimas de ese instante fue un error; no, “venían por los impresos”.
Tuvimos que prepararnos para la embestida. No solo tomamos las medidas obvias de contingencia para poder seguir saliendo, sino que invertimos en formación para la crisis, comentó a Medianálisis Gisela Carmona.
Se formaron y asesoraron con profesionales para enfrentar la crisis, por la afectación que esto suponía en 300 trabajadores. “Esto fue lo que más nos afectó -dijo notablemente sensibilizada- porque aquí había gente que perdería su trabajo. Habían hecho su vida entera en El Impulso, familias incluso”.
Esto representó un gran aprendizaje, adaptarnos en las peores circunstancias. No nos pasó por la mente que después de tres generaciones, a la cuarta generación de la empresa nos tocaran momentos así, que, habiendo enfrentado otras dictaduras, los resultados de entonces no fueron tan dramáticos como con esta.
Gisela Carmona, Directora de elimpulso.com
Desde el principio, el amenazante lenguaje del “régimen” los había incluido en una especie de lista de objetivos con nombre y apellido, luego vinieron las complicaciones y trabas que surgieron con los trámites de divisas y otros procedimientos. “Sabíamos que el cierre era inevitable. Primero nos negaron el papel, luego nos lo dieron a cuentagotas”.
Fue como quien te mata a pellizcos, comentó Carmona. “Jugaron mucho mentalmente con nosotros, porque no era posible saber cuándo llegaría el papel y eso hacía que la gente terminara no creyéndote”. Ya la gente les decía en la calle: ¿Ustedes no es que iban a dejar de circular, pues?
Presión al cierre
A partir de sus denuncias, hubo luego una visita interinsttucional de unas 6 horas, realizada por representantes de diferentes entes gubernamentales que indagó y escudriñó en documentos administrativos y realizaron inspecciones por pasillos y zonas de producción. Uno de sus intereses manifiestos en esa visita fue el papel (“que no teníamos”) y fueron a verificar, incluso, hasta las almacenadoras.
Posteriormente a este evento se creó la Corporación Maneiro y la prohibición de importación directa de papel, por lo que la adquisición de insumos pasó bajo el control de Estado, y con ello también el de los medios de comunicación.
Esto nos obligó al repaginado y al cambio de tiraje – comentó-, y que los otros productos editoriales sufrieran porque tuvimos que priorizar en el impreso y sacrificar, por ejemplo, la revista dominical.
Fueron cortando el grifo progresivamente y “jugaron con nuestra mente, con nuestra paciencia y con nuestros planes”, dijo, y explicó que es como los cortes de luz hoy en día. “Los ves ejecutando el mismo plan todo el tiempo: No te van a decir cuál es el plan. No te van a decir que te van a cortar la luz a las 8:00 de la noche; es decir, el plan es tenerte angustiado, y que des luego las gracias porque te la cortaron de día y no en la noche”.
Contó que la Asociación Andina de Diarios, que tiene su sede en Colombia, les dio en una ocasión un lote de papel “en donación” que llegó finalmente a Venezuela con muchísima dificultad, con destino a El Impulso, El Nacional y el Nuevo País, respectivamente, pero que fue sometida a un retraso que “nos puso a horas del cierre”.
Quien sabe de medios impresos, sabe que restringir tiraje es perder mercado, por lo que entendemos que nos estaban sometiendo justamente a eso, sentenció Gisela Carmona. Por eso, “nuestro eterno agradecimiento” a la Asociación Andina de Diarios, porque en ese momento significó que no dejaran de circular.
Cuestiones irreparables
Hay en esta historia cuestiones que son irreparables. Por ejemplo, en esta empresa “que era muy familiar” y no solo por la estructura de su propiedad, sino porque aquí había trabajadores que tenían 40 años de labor “a quienes tuvimos que decirle que no podíamos seguir adelante” ni cómo garantizar los puestos de trabajo de nadie, por la crisis que estaban experimentando.
Pero los usuarios perdieron más que hábitos y la costumbre de leer todos los días un impreso, perdieron el medio de comunicación de su elección. “No se sustituye un impreso con el digital – dice Carmona-, simplemente, ahora existe otro medio”, y advierte que son formas de consumir contenidos completamente diferentes.
Quienes leían el impreso, en papel, en la mano, ya no lo pueden hacer. Se perdió la experiencia de contacto con el papel y las historias que venían con ello. Perdieron eso, sus grandes contenidos, perdieron la oportunidad de sentarse todos alrededor de una mesa, en comunidad, en familia, a compartirse los diferentes cuerpos del periódico para luego intercambiar lecturas.
En la opinión de Aura Rosa Matheus, secretaria general del Colegio Nacional de Periodistas, Seccional Lara, cada vez que se cierra una ventana de información, el lector de noticias de un medio impreso se ve limitado en su constante búsqueda de noticias, de información equilibrada, veraz y también oportuna.
Comenta que el cierre de El Impulso creó no sólo un vacío de información, sino la afectación de toda una cadena de factores y personas involucrados en el proceso.
Aunque agradeció a este diario migrar a la parte digital y no desaparecer por completo para brindar la oportunidad de seguirlos a través de las redes sociales, no pudo desestimar que en Venezuela el internet “es pésimo” y “no es lo mismo que tú abrieras tu periódico, a que ahora tengas que esperar que abra la página (en la web) para leer la información que está allí. A pesar del tiempo que ya ha pasado, no aceptamos el cierre de este importante diario de circulación regional y nacional, acotó la dirigente gremial.
Ahora más que nunca se necesita de este tipo de medios de comunicación que nos mantengan informados de forma equilibrada, dispuestos a buscar y publicar las noticias como debe ser, como un sagrado deber de llevar la información a la colectividad
Aura Rosa Matheus, secretaria general del CNP-Lara
Nos preocupa -dijo- que, al cerrarse esta fuente de trabajo para periodistas y reporteros gráficos, entre otros relacionados, se vean forzados a migrar fuera del país en busca de otros medios de vida y de ejercicio de su profesión.
Rechazamos esa posición que se observa en todos los ámbitos del territorio nacional en cuanto a que si el medio (de comunicación) no está de acuerdo o está en contra de la gestión oficialista, la manera más fácil de enfrentarlo es presionarlo y cortarle todos los insumos y formas de que se puedan mantener saliendo por señal radioeléctrica o circulando en papel, agregó.
Nuevos retos y el compromiso de informar
“A mí la gente todavía me da el pésame” porque El Impulso ya no circula, pero “nos está tocando reponernos a la pérdida”, porque en las propias palabras de Gisela Carmona “hoy le estamos entregando al usuario contenidos suficientes para seguir informados”.
No han podido hacer otra cosa que seguir adelante, atravesando la tormenta con el compromiso de informar. Tenemos una misión, un compromiso familiar y, sobre todo, un compromiso con los larenses de seguir siendo su voz, dijo.
Al cuestionarle sobre lo que han ganado, Gisela Carmona respondió: “Hemos mejorado, tenemos otra audiencia, probablemente más grande y podemos ser quienes comunicamos ahora a los migrantes que salieron del país y los mantenemos conectados con su gente, cosa que no se hubiera podido hacer desde el impreso. Sí, hemos ganado muchas otras cosas”.
Dos promesas mueven hoy a los conductores de esta empresa editorial, hacer que la plataforma web y sus redes sociales asociadas sigan creciendo y forjando otras formas de llevar los contenidos a la gente; y volver con el impreso, eso sí, con otra dimensión, otras frecuencias, con otras estructuras.
“La meta es prender la máquina (la imprenta) nuevamente para que cumpla la misión que ella también tiene. Eso quiero que pase, y verlo…”, decretó la directora de ElImpulso.com.