Cuando estamos en el umbral del inicio del ciclo de siembra más importante para la agricultura nacional, como es el de invierno, cunde el temor y la desesperanza entre los productores del campo, ante la posibilidad cada vez más cercana de que pudiese perderse debido a los escenarios que se avizoran en el corto y mediano plazo.
En efecto, de acuerdo con las afirmaciones que ha hecho la dirigencia del sector primario, el ciclo de invierno comienza a finales de abril y mediados de mayo, y a esta fecha los agricultores no cuentan con semillas, fertilizantes, agroquímicos, repuestos para las maquinarias y equipos, tampoco disponen de divisas para importarlos y no hay créditos bancarios.
Pero la situación se agudiza debido a la escasez de combustibles, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, lo que ha contribuido a que muchos agricultores hayan perdido sus cosechas al no poder sacarlas de las fincas hasta los centros de consumo, así como también los ganaderos no han podido transportar la leche hasta las plantas procesadoras o hasta los fabricantes de quesos, y en algunos casos el producto se les ha dañado y han tenido que botarlo, asumiendo las pérdidas que esto significa.
Tras las peticiones de Fedeagro y Fedenaga, el gobierno anunció que se garantizaría el suministro de combustibles para todo lo que tuviera que ver con la producción y comercialización de los alimentos; sin embargo, con la presencia del Covid-19 en Venezuela no se dio cumplimiento a estas promesas y la gente del campo se quedó esperando por el combustible, lo que llevó a decir al presidente de este organismo: “Sin alimentos no hay salud”, pero igual el problema de la falta de combustible sigue afectando al sector agropecuario nacional.
Consultamos al líder de los agricultores, Aquiles Hopkins, sobre las expectativas de siembra para el ciclo que está por comenzar y su respuesta fue muy poco alentadora: “Está practicamente perdido, el efecto de no tener insumos, a lo que se suma la escasez de combustible nos pone en una situación de riesgo muy grande”, afirmó.
No hay que olvidar que el sector agrícola ha venido registrando una caída sostenida en la producción, en los últimos 12 años, de allí que solo se está produciendo entre un 15% y un 20% del consumo nacional; de manera que si se pierde el ciclo de siembra de invierno, tal como lo temen los agricultores, se reducirá aún más la producción y si persiste la escasez de combustibles, los precios de los pocos rubros agrícolas que se puedan producir y lleguen a los centros de consumo, serán inalcanzables para la mayoría de los consumidores venezolanos.
