Una inflación de cierre de año de 20.600%, está estimando el Informe de Perspectivas para el II Trimestre de Aristimuño Herrera & Asociados, con una desaceleración muy importante de la velocidad con la que han venido aumentando los precios y que determina, no el fin de la hiperinflación, pero sí una fase distinta del fenómeno.
Advierte la firma que una inflación de la escala proyectada no es para celebrar, pues seguirá entre las más altas del mundo, pero, sin duda, significará un alivio, a partir de una recuperación teórica del poder adquisitivo de nuestra moneda; sin embargo, seguimos proyectando una contracción de la economía superior a 30%, para este año, lo que sugiere que no habrá una recuperación sensible de la oferta de bienes y servicios, ni tampoco del consumo.
Por lo tanto, advierten que hay que aclarar con precisión que esta proyección que, al final, no es más que un escenario posible, está directamente condicionada por la continuidad de la restricción de liquidez impuesta por la reducción del gasto público y el peso del excesivo encaje legal reflejado en el multiplicador de la cartera de crédito. Si esta condición cambia, una baja de velocidad semejante de la inflación es prácticamente imposible.
De allí que la gestión de cobertura antiinflacionaria en las empresas no debe cambiar sensiblemente. Todas las recomendaciones que hemos venido haciendo sobre la necesidad de proteger el flujo de caja, acondicionar los portafolios y las estrategias de mercadeo a un consumo menor siguen, en esencia, vigentes.
Recuerda la firma que en el #InformePrivado de esta semana Aristimuño Herrera & Asociados analiza las implicaciones de esta nueva fase de la hisperinflación, un perverso fenómeno que ya lleva 18 meses instalado en Venezuela, para las empresas y cuáles escenarios se abren para el segundo semestre.