En la actualidad, la humanidad entiende que la educación es un pilar fundamental en el desarrollo del ser humano. Gracias a ella, las personas adquieren las herramientas necesarias para lograr su crecimiento y aportar lo necesario para el desarrollo de la sociedad donde se desenvuelve. Así, se entiende el porqué la educación de calidad desde la niñez es tan importante y resulta un derecho fundamental para todas las personas.
Sin embargo, la fuerte crisis que experimenta Venezuela ha golpeado de gran manera nuestro sistema educativo. La deserción escolar se encuentra en la alarmante cifra de 78% e incluso, al menos 65% de los estudiantes matriculados no asisten con regularidad a clase (Fundaredes). Así mismo, más de 300 mil maestros y profesores han abandonado las aulas en búsqueda de otros trabajos (Fundaredes), porque el salario de los docentes es tan bajo que no cubre las necesidades básicas. Todo esto ha perjudicado terriblemente a millones de niños y jóvenes venezolanos y la educación que reciben.
El coronavirus ha profundizado las fallas que 21 años de chavismo han dejado en la educación venezolana. Ahora, el régimen espera que el año escolar finalice con actividades desde el hogar a través del uso de herramientas digitales, sin embargo, esta medida no es más que una irresponsabilidad, ya que ignora por completo la situación del país y las dificultades que afrontan diariamente los venezolanos como consecuencia de la mala calidad de los servicios básicos.
Debido a la recesión económica y la hiperinflación, muchos estudiantes no tienen acceso a los dispositivos electrónicos necesarios para continuar el año escolar en sus hogares. Así mismo, la mayoría de los estados de Venezuela sufren apagones diarios que pueden durar varias horas y hasta días. Nada más desde el pasado 18 de marzo las fallas eléctricas han empeorado un 94,55% (Encuesta nacional sobre el impacto de Covid-19 en Venezuela). Lo mismo ocurre con el internet, que se señala como el más lento de la región y presenta fallas diarias en todos los estados, habiendo incluso localidades donde no hay internet desde hace meses o incluso años.
Las medidas irresponsables del régimen también afectan a los más pequeños. Están comprometiendo la educación de millones de niños y jóvenes venezolanos. No les importa que la juventud se forme y aspire a un mejor futuro para Venezuela. Demuestran nuevamente que no tienen la capacidad ni disposición de solucionar los problemas que aquejan al país y sus malas políticas en esta pandemia afectan negativamente al pueblo.
La emergencia del Coronavirus requiere de verdaderas soluciones que sean acordes a la magnitud de la amenaza y que tenga en cuenta la situación de crisis del país y el sufrimiento de los venezolanos. Se deben buscar las herramientas para que la educación de los más jóvenes no se vea afectada y estos puedan contar con un aprendizaje de calidad y que les permita un mejor futuro. Es momento de tener empatía y tomar las decisiones políticas acertadas para poder superar esta dificultad y ayudar a las personas más vulnerables. Solo organizados y con madurez política saldremos adelante.
Stalin González