El Santo Sudario, una tela en Turín que algunos creen envolvió el cuerpo de Jesús y está vinculada con una plaga del siglo XVI en el norte de Italia, fue exhibida en línea este Sábado Santo para alentar esperanzas a los fieles de todo el mundo en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
El papa Francisco elogió la iniciativa del arzobispo de Turín al decir que responde a los pedidos de los fieles que padecen COVID-19. El arzobispo Cesare Nosiglia dijo que recibió miles de pedidos de fieles de todas las edades.
La tela de lino se conserva detrás de un vidrio blindado en una capilla de Turín y se exhibe al público en ocasiones muy especiales.
Mientras una cámara de TV enfocaba la tela de cuatro metros de largo dentro de su cajón, Nosiglia dijo que el Sábado Santo es el día en que se espera la Pascua, cuando los cristianos creen que Jesús resucitó entre los muertos. La gente «espera ser liberada de la pandemia» que causa tantas muertes y el sudario «abre los corazones a la fe y la esperanza», dijo el prelado.
Leyó una carta de Francisco en la cual el pontífice expresa su agradecimiento por «este gesto, que responde al pedido del fiel pueblo de Dios, puesto tan duramente a prueba por la pandemia del coronavirus».
Los escépticos dicen que la tela con la figura de un hombre crucificado fue fraguada en la edad media. Los creyentes lo consideran un recordatorio sobrecogedor de la crucifixión.
Francisco escribió que «en la cara del hombre del sudario vemos también las caras de tantos hermanos y hermanas, sobre todo los que están más solos y los menos cuidados, pero también las víctimas de las guerras y la violencia, la esclavitud y la persecución».
Nosiglia puso una mano contra el vidrio y oró frente a la tela.
Horas después, el sábado por la noche en el Vaticano, Francisco prevé oficiar una misa de vigilia pascual en la Basílica de San Pedro sin la presencia de fieles debido a las medidas contra la propagación del coronavirus.
En el siglo XVI, el arzobispo de Milán, el futuro san Carlos Borromeo, deseaba intensamente orar frente al sudario en medio de una plaga. En 1578, el duque de Saboya decidió llevar el sudario de Cristo de Chambéry, Francia, a Turín, de acuerdo con una crónica vaticana de la época.
Carlos peregrinó a Turín a pie, orando y haciendo ayuno durante todo el trayecto.
La tela pertenece al Vaticano, que ha permitido que se realicen análisis científicos.
Los soldados en una de las Cruzadas tomaron la tela como botín en lo que era entonces Constantinopla y la llevaron a Francia en 1353.
Entre los tres dignatarios laicos en la capilla el sábado, todos con cubrebocas, se encontraba la alcaldesa de Turín, Chiara Appendino.