La gran cantidad de personas que abarrotaba los alrededores del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda ya no se ve en el lugar. La cuarentena social ha ayudado a disminuir la afluencia de usuarios en el nosocomio más importante de la región, pues los accidentes domésticos y de transito también ha bajado su índice.
Enfermeras y médicos vienen cumpliendo con su labor en el Hospital Central pese a las carencias en términos de transporte y gasolina en todo el estado. El personal de salud en la institución esta trabajando en horarios de contingencia y quienes allí laboran se están beneficiando con la Ruta Hospitalaria Divina Pastora para poder llegar a su sitio de trabajo.
Sin embargo, dentro y fuera del Antonio María Pineda todavía hay uno que otro comerciante en actividad. Estos probablemente son los larenses más afectados con la situación ya que viven de lo que produzcan diariamente.
Los pocos individuos que se ven en los alrededores del Hospital Central permanecen con tapabocas, no obstante, el distanciamiento social entre ellos no se está cumpliendo.