La crisis por la escasez de agua se agudiza cada día más tanto en Barquisimeto como en Cabudare. Los ciudadanos denuncian constantemente las fallas en el servicio que, durante la pandemia del nuevo coronavirus, hace que las medidas de prevención como lo son el lavado constante de manos, ropa, objetos y espacios del hogar, sean prácticamente imposible de realizar.
“Lo mejor que se puede hacer para protegerse de la COVID-19 es lavarse las manos con frecuencia para eliminar los virus que pueda haber en su superficie y no contagiarnos al tocarnos los ojos, la boca y la nariz”, indica la Organización Mundial de la Salud. No obstante, la carencia de agua en muchos hogares de la región obliga a que el lavado de manos no sea tan repetitivo y la exposición al virus sea mayor.
Caso tal vive la comunidad de las Cuibas, en la Parroquia de Agua Viva. Estos aseguran que tienen más de un año sin el suministro de agua potable y piden ayuda “con urgencia”, puesto que ya no soportan la tan complicada situación.
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“Señores por favor ayudennos, por donde vivo (en la calle los José sector 1b de Las Cuibas) hay una bebé de meses, varios niños menores de 10 años y varios adultos mayores. Recuerden que sin agua no hay vida y sin agua no podemos prevenir”, escribió una usuaria a Elimpulso.com.
Hecho similar también ocurre en la zona de El Cercado, al noreste de Barquisimeto, estos denuncian fallas del servicio desde hace meses e incluso años, al igual que sectores en pleno oeste y norte de la ciudad, siendo este un dolor de cabeza para muchos y el motivo principal de numerosas protestas que hoy, debido a la cuarentena y con el fin de evitar el contagio de la COVID-19, no pueden realizar.
Aunado a esto, algunos usuarios también han denunciado que los camiones cisternas cada vez son más costosos y difíciles de conseguir por la también falta de combustible.
Detallan que los pocos que se mantienen en funcionamiento cobran $5 por 2 mil litros de agua y unos $20 por 10 mil litros, una cantidad de dinero sumamente alta si se compara con el salario base que recibe al mes un trabajador venezolano.